Cantina Singular en Madrid

Llegamos de casualidad después de vermutear por Malasaña y creo que para una comida sin grandes pretensiones pero perfecta si lo que quieres es huir de grandes franquicias, de comidas prefabricadas y de sitios de moda, aciertas de pleno. El producto es de calidad, si te pides croquetas no son congeladas, el torrezno es TORREZNO DE SORIA, y qué decir de los tacos de sobrasada…. Para repetir. Si quieres sorprender en un sitio tranquilo y amable ven a la CANTINA SINGULAR. Nosotros comimos dos en mesa alta

Todo bien, nos reservaron sin problemas. El servicio muy bueno y amables. Platos muy bien hechos, nos encantó el brioche de mechada, eso sí enorme. Bonito y en una zona de ambiente, un poco separado de la masificación de Sol...

Llegamos a este sitio por casualidad y salimos encantados. Lo mejor es la tarta super cremosa de arroz con leche. Un acierto de sitio

Cenamos de lujo. Pedimos torrezno de Soria, calamarcitos, tortilla de patata, croquetas de jamón y de boletus, y unas gildas. Todo estaba espectacular, sin excepción. Incluso el pan merece mención: buenísimo. La atención, de diez. Estaban solo dos personas para todo el local y aun así el servicio fue rapidísimo, atento y amable en todo momento. Da gusto cuando un sitio funciona así de bien. Totalmente recomendable. Volveremos.

Es un oasis en pleno Malasaña. Un lugar donde combinan tradición y modernidad.

Súper rico todo y las camareras son un auténtico amor!

Un local pequeño en Malasaña donde se puede comer y beber en un ambiente informal y agradable. Tienen un menú del día por 14 €. Un sitio recomendable para pasar un rato con amigos y comer algo rico sin gastar mucho dinero.

Un lugar donde sentirte a gusto, te atienden amablemente y sirven producto de calidad. Especial atención a las gildas y los torreznos...fantástico

Muy bueno todo. La camarera superamable. Los postres espectaculares. Totalmente recomendable!

Cantina singular, mantiene su esencia después de una reforma, respetuosa y acertada, hará unos cinco años, que reafirma su personalidad. Del viejo Madrid y en pleno Malasaña. Tiene encanto. Es relativamente pequeña, lo que la hace mas acogedora , con cuatro o cinco, creo recordar, mesas bajas y una barra, con sillas altas. Alguna mesa alta a más. La atención es cercana y amable. Te aconsejan los platos para que comas bien. Y la carta, que no es muy amplia, si es suficiente y , lo mejor, los platos están muy bien preparados. Los sirven en los tiempos justos , para que no se enfríen y estés bien atendido. Todo lo probado riquísimo. Y de tener que elegir uno, quizás la ensaladilla. Aunque todos tienen altura, se nota las ganas de agradar. Lo mejor es compartir cada plato. Y experimentar todos los que puedas. El precio razonable. Muy bien 👍.