Can Violí en Barcelona

Muy bueno. Poca variedad, pero lo que hay es de calidad.

Restaurante recomendable en Sants! platos tradicionales con un toque original, buena relación calidad-precio y ambiente agradable.

Una visita para repetir obligada, gabriel y todos los chicos que nos atendieron realmente 5 estrellas, comida con toques realmente originales y un pisco sour de libro.

Un descubrimiento encantador en un viaje de negocios En un reciente viaje de negocios a Barcelona, ​​me topé con una joya escondida: Can Violí. ¡Qué fantástica sorpresa! Este encantador lugar en el barrio de Sants se convirtió en mi lugar favorito para desconectar después de un largo día de reuniones. El ambiente acogedor es perfecto para relajarse y su carácter acogedor te hace sentir como en casa. Los platos fueron absolutamente maravillosos. El atún sellado estaba increíblemente fresco y lleno de sabor, y las vieiras estaban cocinadas a la perfección: un verdadero punto culminante de la comida. Todo lo que probamos estaba delicioso. El personal también fue fantástico; su servicio amable y atento hizo la experiencia aún más memorable. Es el tipo de lugar perfecto para una cena relajada y una buena conversación. Me alegro mucho de haber encontrado este lugar. Realmente hizo que mi viaje de negocios fuera especial. Detalles de la ubicación Can Violí se encuentra en Plaça d'Ibèria, 2, en el distrito de Sants-Montjuïc de Barcelona.

Decorado con gusto, con muchos detalles, la comida espectacular, mención especial a los postres, lo mejor el servicio. El camarero argentino muy atento. Muy recomendable.

Ha sido una experiencia maravillosa ,justo lo que deseamos antes de terminar nuestra estadía en Barcelona,ambiente tranquilo,comida excelente y atención de lujo,Gabriel el camarero argentino nos hizo sentir como en casa y todas sus recomendaciones fueron más que acordes,lo recomendaremos y volveremos seguro

Tapas de calidad, precio razonable, servicio atento. Gran descubrmiento

Pequeño restaurante pero con buen espacio en la terraza, en una plaza bastante tranquila, que recuerda, por aspecto y ubicación, en las tabernas de las plazas de los antiguos pueblos. Carta algo corta pero muy interesante, con variedad de buen producto y elaboración con cuidado. Ambiente rústico y acogedor. Buena relación calidad-precio. Lugar muy recomendable.

La comida tiene un buen sabor. Y la atención es muy buena. Aunque, en la carta la opción es "para compartir", la cantidad es muy poca. En relación cantidad/precio lo vi muy caro. Pedimos un canelón, los dados de solomillo, pan con tomate y 2 aguas. Y de postre un brioche con helado. La suerte es que pedimos el pan, si no, llegaría a casa y tendría que volver a cenar. Porque realmente los platos son pequeños. No son cantidad como para compartir. Sería como haber pedido un primer y segundo plato, pero para 1 persona. Pagamos 50€

Comida de cocina Mediterránea, bien elaborada