Can Resolis en Barcelona

La Taverna El Resolís es el tipo de taberna de barrio que todavía se comporta como si Gracia fuera un pueblecito testarudo que se niega a ser absorbido por Barcelona. Fundada cuando Gracia aún era un pueblo independiente, esta pequeña taberna ha servido más vermut que el que producen algunos países en un año. O eso parece. Entré esperando precios para turistas y la luz de los influencers. En cambio, me encontré con bebidas frías, platos tranquilos y tapas que llegan como si intentaran disculparse por ser tacaños. Pedimos tres tapas: butifarras catalanas, un plato vegano cuyo nombre ya se ha perdido en la historia, pero que estaba buenísimo, y champiñones que parecían salteados por alguien con fuertes convicciones sobre la tradición. Las paredes parecen haber absorbido al menos un siglo de discusiones sobre fútbol, ​​política y quién hace el mejor alioli. Gracia se convirtió en parte de Barcelona en 1850, pero este lugar claramente no se enteró. Sigue funcionando con puro espíritu de la vieja escuela. Si buscas espuma artesanal, conceptos de fusión y platos tan vacíos que resuenan, busca en otro lugar. Si buscas una auténtica taberna local con precios razonables, raciones generosas y un ambiente que te invita a sentarte, pedir otra copa, que la vida puede esperar, El Resolís es tu sitio. Un diez por su autenticidad. Un once por diez si te gustan las tapas con un toque de crisis existencial.

Este lugar se encuentra en lo que antaño fue el centro de la comunidad gitana de Vila de Gràcia. Con el paso de los años, las murallas de Resolís han presenciado el nacimiento y el auge de la rumba catalana. Parece un salón de barrio: tranquilo, acogedor, social, lleno de gente local que observa, niños jugando en la plaza junto a clientes de restaurantes y gente descansando en los bancos. Probé una pequeña selección de sus tapas servidas con pan. 👉 Embutidos catalanes al estilo guisado: ricos, rústicos y absolutamente reconfortantes. 👉 Tapa vegana (al estilo guisado): ¡sorprendentemente contundente! Sabor intenso con una suave salsa de calabaza. 👉 Tapa de champiñones: sencilla, natural y deliciosa. Todo estaba caliente para servir, incluso cuando cerraban en media hora. Sin escatimar en servicio y bienvenida. Sin pretensiones. Simplemente buena comida, buena gente y un ambiente de bar de barrio que te invita a quedarte más tiempo del previsto. Un pequeño rincón acogedor y social de Barcelona donde inmediatamente te sentirás parte de la comunidad.

Sitio imprescindible si vas por el barrio de Gràcia, espacio con personalidad y muy acogedor, servicio impecable y muy buen producto. Cocina de siempre pero con un toque propio. Seguro que volvemos. Felicidades al nuevo equipo que gestiona este espacio y sólo deseo que les vaya bien para volver a gozar de su propuesta.

Desde la reapertura, una comida buenísima. De los locales más auténticos de Gràcia.

Muy buena experiencia, come muy bien ya precios populares, buen ambiente y buena atención. ¡Volveré!

¡Cómo en casa! Lugar del barrio para gente del barrio

Muy buen trato, comida casera, precios razonables y super bien ubicada en Gràcia. ¿Qué más se puede pedir? Probamos el fricandó (vegetariano) de Carol y nos encantó. ¡Repetiremos! ☺️

¡Muy buena comida (buenísimo el fricandó de seitán) y muy buen ambiente! 100% recomendable!

Un sitio ideal para compartir tapas con los amigos rodeados de gente de la Villa. Buena relación calidad-precio.

El lugar es fantástico y la comida es deliciosa. Se nota que cada plato está preparado con mucho cuidado. Además, el ambiente es súper auténtico y acogedor, lo que hace que la experiencia sea aún mejor. Un punto a destacar es la amabilidad del personal; los camareros son muy atentos y rápidos, siempre con una sonrisa. Sin duda, un sitio para repetir!