Can Punyetes en Madrid

Comida deliciosa. Servicio rápido. Mejor pedir el segundo turno para comer que da tiempo para sobremesa.

Me encanta, vamos varias veces al año y la mayoría en temporada de calçots. Recomiendo siempre la bandeja de butifarra (nosotros nos comemos una entre 3 o 4 dependiendo de los acompañantes). La tira de asado también muy recomendable, en general todo lo de barbacoa. Champiñones y caracoles, cuando los tienen, son exito asegurado

Magnífica ubicación, comida inmejorable en calidad/precio, servicio rápido y eficiente. Local auténtico y clásico, bastante ruidoso y no muy grande.

Es la segunda vez que mi pareja y yo comemos en este lugar y tengo que decir que nos volvió a gustar tanto como la vez anterior. También tuvimos la suerte de que nuevamente nos atendió Óscar. El tío es un crack. Te aconseja de lujo. Cuando conecto bien con el camarero, me gusta ponerme en sus manos y dejarme aconsejar. Y siempre acertó en sus sugerencias. Además, tiene un sentido del humor y una profesionalidad de 10.

Hemos estado hoy comiendo en Can Punyetes y la verdad que no ha podido ser mejor nuestra elección. Un trato fantástico y una cocina catalana que cuida mucho el producto, así que realmente buenísima. El servicio además genial y muy amable. No dudaremos en repetir.

Restaurante típico. Muy buena relación calidad-precio. Los camareros son muy amables. Llegamos sobre la 1:20 p. m. y fuimos los primeros de la fila. La carne y las verduras estaban cocinadas a la leña: estaban buenísimas.

Restaurante típico con buenos productos y buen servicio, hay poco espacio, venir temprano sobre las 13:30h.

Tengo que decir que este restaurante se ha convertido en uno de mis favoritos en Madrid. La ubicación es inmejorable, justo en el corazón de la ciudad, lo que lo hace perfecto para casi cualquier plan. Cada vez que voy, noto cómo la gente pide mesa con entusiasmo, ansiosa por probar sus platos, y la verdad es que con razón. Su cocina es una delicia, centrada en sabores europeos que te transportan. No es el típico sitio; aquí la calidad de la comida es notable. Los precios me parecen muy razonables para lo que ofrecen. Normalmente, un plato principal ronda entre los veinte y treinta euros, y la experiencia lo vale totalmente. Además, facilitan mucho el pago: aceptan efectivo, tarjeta e incluso tickets restaurante, lo que demuestra que piensan en la comodidad del cliente. Eso sí, he aprendido que es imprescindible reservar, especialmente si quieres ir un viernes o sábado, porque se llena rápidamente. El ambiente es acogedor y agradable, ideal para una cena en familia o con amigos. Las instalaciones son cómodas y la atención del personal hace que todo fluya bien. Siempre que he ido, me he llevado un recuerdo excelente. El servicio es eficiente sin ser apresurado, y el balance entre calidad y precio es justo. Recomiendo mucho echar un vistazo a las fotos de sus platos; cuando lo hice, supe que tenía que probarlo. En definitiva, es una opción que nunca defrauda.

Comida riquísima, alimentos frescos de calidad. Los espárragos a la romescu y la butifarra exquisita!

Muy buen trato por parte del camarero.