Can Mullol Bar Degustació en Barcelona

Visitamos Van Mullol Bar Degustació durante nuestro viaje de una semana a Barcelona y resultó ser una de las experiencias culinarias más inolvidables que hemos tenido. Buscábamos una auténtica experiencia de tapas, y la encontramos. El servicio fue excepcional, dirigido por el propietario, de quinta generación, que dirige el lugar con pasión y orgullo. Se tomó el tiempo de explicarnos la carta detalladamente, compartiendo anécdotas y recomendaciones que hicieron que la velada fuera personal y especial. ¿La comida? Absolutamente excepcional. Nos encantó especialmente la tabla degustación de quesos y carnes, que nos prepararon recién hechas justo delante de nosotros. Cada plato venía con una rica historia familiar que le dio profundidad y calidez a toda la experiencia. Si buscas una introducción genuina y sincera al mundo de las tapas, te recomendamos este lugar sin reservas. Prueba todo lo que te sugieran, no te decepcionará. Al propietario y su familia: gracias por esta increíble experiencia. Sigue con tu fantástico trabajo y esperamos verte de nuevo la próxima vez que estemos en Barcelona.

Se nota que es un restaurante familiar; realmente se preocupan por lo que hacen y se enorgullecen de ello. Es genial que preparen todos los embutidos ellos mismos, y es un placer ver que todavía existen restaurantes como este. Dicho esto, la comida no me impresionó. Estaba decente, pero nada del otro mundo. La carta es bastante limitada, con pocas opciones. El servicio fue amable, pero el tiempo de los platos podría haber sido mejor. Por ejemplo, la tabla de quesos y el pan sin gluten (que era para alguien que no podía comer pan normal) llegaron casi al final de los embutidos, cuando casi habíamos terminado. Deberían haberlos servido juntos. También probamos las croquetas de jamón y calçot; ambas estaban buenas, pero, de nuevo, nada del otro mundo.

Embutidos caseros hechos por la misma familia que lleva el restaurante. Se nota el cariño en cada detalle. Muy buena calidad y precio asequible, algo apreciable hoy en día en la ciudad. ¡Volveremos seguro!