Cal Paradis en Vall d'Alba

Una experiencia excelente!! Elaboraciones deliciosas mimando el producto, siempre de cercanía, y con ese toque de vanguardia. El personal fue muy amable y atento. Sin duda, una estrella más que merecida.

Muy contento del menú daily (o menú diario). La estrella Michelin que tiene no defrauda, y la verdad que es bueno como otros estrellas Michelin dónde he estado. Pero comer por 60€ en este tipo de restaurantes no está nada mal. Y que el precio del agua para dos sea de 2,50€ genial.

La comida estaba buena, pero era más bonita que rica, aun así todo rico, pero con fallos , como un par de huesos en la carrillera que casi nos cuesta una muela, el calamar con la pluma sin quitar, un trozo de piel de gamba en el plato que venía la gamba pelada y alguna cosilla más. Pero lo "malo" no ha sido eso, que son cosas que pueden pasar, aunque no deberían en un estrella michelin, lo malo ha sido la lentitud exagerada del servicio. Teníamos la reserva 13.30 y hemos salido más tarde que las 18:00, y sin tomar café. Entre plato y plato hacíamos la digestión y se hacia eterna la espera. Servicio bueno, No volveremos, porque la espera nos ha desesperado.

Excepcional experiencia en @calparadisrestaurante. Con este completamos la colección de estrellas michelin de la provincia de Castellón y lo posicionamos en el Top del Podíum. . Menú Gastro Mercat con 5 snacks, 9 platos de degustación, 2 postres y unos “Petit fours” de despedida con los cafés. 115 € /persona que con vino (Pesquera Crianza), bebidas, propina y café cierran la cuenta en 140€./ persona. RCP:9/10.

Elegimos el menú Gastromercat y nos gustó mucho. Los ingredientes, de primerísima calidad y las elaboraciones, muy cuidadas y equilibradas, con algunos platos muy sorprendentes, como el tomate de penjar. Lo cierto es que el nivel es muy alto y no decae desde el primer entrante hasta el último petit four. El sitio es muy agradable, acogedor y luminoso y el personal es muy amable y diligente. Quiero agradecer el exquisito detalle que tuvieron con nosotros y es que, en la reserva, advertí que no como cordero y me sirvieron un plato diferente, también delicioso, sin privar a mi marido y mi hija de disfrutar el plato de cordero correspondiente al menú. En cuanto al ambiente, se lo cargó la mesa de al lado, en la que una había una señora de videoconferencia como en su propio despacho, un señor con el móvil (que sonó varias veces) a volumen máximo con un tono de llamada que parecía una alarma nuclear y, de propina, un niño correteando (aunque el crío fue el más discreto). Pero esto no es atribuible al restaurante, sino a la mala educación de algunas personas. No obstante, disfrutamos mucho la comida.

Sin desmerecer la calidad que te otorga 1* Michelin, es un poco más de lo mismo. Es decir, la comida estaba buena pero las elaboraciones eran un poco sencillas. La atención espectacular, muy atentos al detalle y el lugar muy tranquilo y acogedor.

Disfrutamos de la comida aunque algunos platos estaban salados, en nuestra opinión. Lo que menos nos gustó y nos dejó con mal sabor de boca es que el tiempo entre plato y plato fue excesivo. Bien, sin más, pero no repetiríamos ya que el precio nos resultó caro para la experiencia culinaria que se nos presentó.

⭐⭐⭐⭐⭐ Tuve el placer de visitar el restaurante recientemente y la experiencia fue excepcional. La profesionalidad del chef Miguel Barrera es destacable; su maestría en la cocina es evidente en cada plato. Cada bocado es una muestra de creatividad y destreza culinaria, haciendo de su cocina algo realmente distinto y memorable. El personal es increíblemente atento y amable, siempre asegurándose de que tu experiencia sea perfecta. La calidad de los ingredientes es insuperable, sin duda alguna, la mejor que he probado. Además, el lugar ha sido recientemente decorado, lo que le da un aire fresco y moderno. Es muy luminoso y acogedor, creando un ambiente perfecto para disfrutar de una comida maravillosa. Sin duda, un restaurante que se ha ganado mi admiración y al que espero volver pronto

Mi visita a este restaurante fue una experiencia inolvidable. El chef Miguel Barrera es increíblemente talentoso, y cada plato que probé estaba elaborado con una maestría excepcional, ofreciendo una cocina innovadora y deliciosa. El equipo de servicio es fantástico, siempre atento y dispuesto a asegurar que cada detalle esté perfecto. Los ingredientes utilizados son de una calidad superior, realmente los mejores que he disfrutado. El restaurante ha sido recientemente redecorado y el resultado es impresionante. El espacio es muy luminoso y tiene un ambiente cálido y acogedor, lo que lo convierte en el lugar perfecto para una velada especial. Definitivamente, es un lugar que recomiendo y al que planeo volver pronto.

Era el cumpleaños de mi marido y fuimos a celebrarlo un viernes, con escasa afluencia, con mucha ilusión y posiblemente expectativas muy altas. De la comida nada que decir, somos "del terreno" así que todo me recordaba a casa. La "pilota de l'arròs" exactamente igual que la de mi abuela, con su perejil, piñones, ajo,.... buenísima, el arroz de la paella con la soja inicalmente un poco raro y salado pero muy bueno, la "tomata penjada" expectacular, el sabor de toda la vida potenciado y así con casi todos los platos. Pero, vas a una estrella michelín, y aparte de la comida esperas un poco más en el trato. Muy correctos, pero sin más. El plato que explicavan (no todos) lo repetían como un papagayo sin mayor detalle, ni ilusión o entusiasmo. Algunas cosas no sabíamos ni que comíamos. Pedimos un Clotas, vino de la zona que ya hemos pedido en múltiples ocasiones en buenos restaurantes y nos cobraron un 30% más que en estos otros, imagino yo que por la condición de ser estrella michelin. El agua vale 3€ medio litro, sería un detalle, ya que te gastas 150€ por comensal, que fuese gratuita, ya que al final se trata de agua del grifo filtrada con un sistema de osmosis (igual que el que puedo tener yo en casa). Para finalizar llegamos "todos guapos y engalonados" al restaurante y resulta que este estaba sin lámparas ni cortinas cosa que sinceramente deslucia bastante. Nos explicaron que acababan de pintar. El carajillo, para ser "de poble" no lo recomiendo. Resumiendo.... la comida muy buena pero servico y ambiente mejorable. Todo en conjunto me pareció de precio excesivo. Una experiència única que se nos quedó un poco corta.