Cafeteria La Catedral en Santander

Muy bueno, tanto el trato como su comida, pinchos, cafés, etc.

Buena atención y una amplia variedad de pinchos, ensaladas, hamburguesas, sandwiches, platos combinados para todos los gustos

Llegamos allí arrastrados por el viento de ayer. Muertos de hambre mi amiga, nuestros 4 niños y yo. Fuimos rápidamente acogidos por un trianero bien agradable que nos llevó al comedor de la parte de abajo del local. Allí disfrutamos de un ambiente acogedor y de los consejos de este hombre. Nos puso unas aceitunas para compartir, mientras decidiamos que cenar y unos platos de pan tostado con aceite, que no dudaba en reponer a cada rato, ya que fue un éxito total. Pedimos croquetas de jamón (absolutamente deliciosas, se deshacían en la boca), también una ensalada de tomate y bonito que nos preparó a nuestro lado. De plato fuerte pedimos presa, pluma y entrecot para compartir, donde cada bocado disfrutabas más que el anterior y donde hasta los pimientos verdes estaban espectaculares. Para finalizar pedimos unos postres caseros (arroz con leche, helado, tarta de limón y sorbete de limón al cava, este último, preparado al momento). Todo absolutamente perfecto y sin ser nada caro, dada la buena atención recibida y al ser los productos de calidad y caseros. Sin duda, merece la pena acercarse al lugar y cuando volvamos de vacaciones volveremos a visitar.

No está mal.......pero para ir de vez en cuando

Ensaladilla buena, café bueno, servicio, me quedé esperando en terraza que apareciera alguno para pedirle un ENTRECOT pero nunca apareció nadie, acción siguiente fue irme

Terraza acogedora a faldas de la catedral con muchas mesas. El camarero que nos atendió muy seco y el remate cuando vimos que silbaba a unas Señoras para avisarle de que ya tenían la mesa preparada. Ellas no se dieron por aludidas y con muy malas formas fue a buscarlas y las dijo que iban a perder la mesa que llevaba un buen rato llamándolas. 20 minutos estuvimos nosotros esperando la cuenta. Las rabas muy buenas, croquetas buenas sin más.

Tomamos un aperitivo en la terraza, la tortilla muy rica y las vistas a la catedral impresionantes

Tomamos algo en esta cafetería, es indispensable que si vais probéis sus tortillas, excepcionales. Hay un inconveniente también sus excesivos precios.

Tiene buena terraza y buen servicio los dueños son agradables y los camareros competentes

Super buena la hamburguesa y una camarera muy maja, para repetir