Cafeteria Cesar Las Ventas en Madrid

Lo recomiendo César padre y hijo muy amables el personal a cambiado pero el encargado Carlos un gran profesional y atento siempre pendiente de mi por la invidencia en salón en san isidro es sumamente detallista se cobra al momento la consumición gracias Vanesa por tu gran simpatía siempre conmigo te veo muy cambiada un tipazo eso sí eché de menos ver a tu padre el patriarca muy a gusto con unos sres de Sanlúcar de Barrameda....gracias por la gran simpatía y el cobrar antes muy bien por los dinos que no es mi casoooo y lo sabéis siempre nos quedará el gran César vuestro padre y que llegue a los 100 años ....feliz noche 🌉

Para tomar algo antes de entrar a Las Ventas o para después, cualquier momento es bueno. Tiene buena comida, aperitivos, raciones, y de precio justo. Además tiene una buena terraza, aunque ahora con tanta obra, no se puede ver bien la plaza.

Un lugar genial, sencillo pero genial. Lo visité justo antes de que empezara la corrida. Lleno de gente local, la emoción de esperar la corrida lo llenaba todo. Comida muy buena, auténtica y sabrosa, personal atento. ¡Qué más se puede pedir!

Fuimos a desayunar. Precios un poco elevados para lo consumido que fue una medialuna de jamón y queso, 1 caracola y 2 café con leche. Gastamos 14 euros. Era muy temprano y estaba abierto, destacó eso y que lo que comimos estuvo ok pero nada memorable.

Los camareros son muy amables y serviciales , la comida está muy rica y además han tenido el detalle de preocuparse por mí ya que estoy embarazada. Muy recomendable.

Amables, gran decoración y comida increíble a buen precio!

Excelente comida española tradicional ! Si andas por Madrid es contra esquina de la plaza de las ventas!

Excelente. El servicio es genial. El personal es super amable. La comida es muy buena y tuvimos muy buenos consejos por parte de los camareros. recomiendo

Gran equipo. Muy bien. Recomendado.

CESAR, Padre, supo hacer de su restaurante un lugar de encuentro entre la tierra y el mar, y hoy, sin saberlo, he sido atendido con gran profesionalidad y humanidad acompañada de sempiterna sonrisa y mirada capaz de rescatar a un hombre de sí mismo y ser ese odre donde verterse para luego beberse a sí mismo, por Vanesa, hija del dueño, que junto a su hermano, llamado como el padre, CESAR, regentan el mismo como uno más del personal, y Vanesa, siendo consciente de lo que lleva entre sus manos, me recomienda los "huevos rotos", servidos con toda expresión y delicadeza de las manos de la cocina, Sumeya, reflejando la misma, un bioma de ideas culinarias. Esta primavera, de oro y lluvia es una estación sabia y de buen consejo. Y es una buena estación para la gastronomía. La dehesa y su secreto ibérico, como los buenos pastos gallegos y el mar y su lubina, hacen la transición de los placeres inocentes de la primavera a los goces sólidos y suaves del verano en una tarde de toros. CESAR y todo su personal, son el reflejo perfecto del talento, del arte y la cultura de este restaurante, sin olvidarme de Fran, que antes del anochecer, deleita la carne en su perfecto estado a la piedra, como premisa para que la noche no se rompa, abriendo su sabor a la tauromaquia, pues para mí, el mejor rabo de toro de toda España, se come en este Restaurante, y además, conserva las 3 "B": BUENO, BONITO y BARATO. La Tauromaquia de Las Ventas y CESAR, van de la mano del alma que sigue alimentando la divina ambrosía de los ideales con sazón y fundamento. A quien lea esta reseña, le recomiendo que deguste su menú y carta, no le dejará indiferente, porque comerá más de lo que esperaba y más de lo que deseaba. Y le digo, durante las próximas horas, ingerirá, grasas, sal, azúcar, proteínas, bacterias, hongos, varias plantas y animales, y en alguna ocasión, hasta ecosistemas enteros, pero, he de suplicarle una cosa, solo una; que no coman, degusten, saboreen, deléitense, aprecien cada bocado que introduzcan en su boca, sean conscientes, pero no coman. Este menú es demasiado preciado para eso. Miren su entorno bajo las miradas profundas del toro bravo, porque hasta el rabo, todo es toro.