Cafè Pessets en Sort

Simplemente increíble. Un lujo para los sentidos y un servicio excepcional

Fue una experiencia muy grata. Hemos ido un grupo de amigos, el trato fue muy cercano amable y ágil. Hemos pedido distintos platillos para probar y el personal fue muy atento mientras iban trayéndolos. Nos explicaron con detalle los alérgenos en los platos para el cuidado de una amiga es alérgica al gluten. Aún así tienen variedad para las personas que coman sin gluten. Y todo muy bien ☀️

Cena exquisita, excelente servicio, lo recomiendo muchísimo. Menú fascinante y único. Vinos locales.

Comimos allí dos veces. Tenía un menú bueno y variado, tanto para vegetarianos como para no vegetarianos. Las patatas fritas estaban deliciosas, las croquetas excelentes (incluidas las vegetarianas) y el risotto era muy recomendable; podría seguir y seguir. Pedimos ocho platos en total, y todo estaba excelente. Por desgracia, estaba demasiado lleno para el poco personal, pero los buenos sabores compensaron nuestra paciencia. Hasta la próxima.

Comida deliciosa y bien presentada de KM0. Una muy buena experiencia si pasas por Sort.

Buen café, con muchas opciones de tapas. Todo muy rico, algunas podrían ser más en modo ración o tener la opción. Pero la verdad que hemos comido muy bien en un lindo ambiente, y con buena atención. Tiene una buena selección de vinos como para maridar sus tapas, y se notan los productos de proximidad en los ingredientes. Sin duda cuando volvamos a Sort, volveremos a comer aquí.

Q bueno todo, platos originales y buenísimos, con producto km0 nos ha encantado

Nos gustó tanto que cenamos y al día siguiente repetimos para comer. Recomendaciones, las bravas con ajo aceite de albaricoque, huevo poché con parmentier y trufa, la hamburguesa de becerra, el pop pallarès y el conejo estofado. Nos quedamos con ganas de probar la tarta de queso, pero la de chocolate muuuy rica también. Repetiríamos sin duda.

Una señora muy amable nos explicó en francés las distintas tapas. Las tapas estuvieron a la altura de su amabilidad, ¡y ni hablar de los postres! Guardaremos un recuerdo maravilloso de esta experiencia. Gracias.

Fuimos un viernes por la noche con unos amigos. El restaurante, tenía una ocupación moderada, con la terraza y el comedor interior a medio aforo. Aun así, el servicio se vio desbordado desde el primer momento. Optamos por sentarnos dentro, buscando algo más de confort, ya que en el exterior el calor era notable. La tónica de la noche fue la espera: para que tomaran nota, para que sirvieran las bebidas y, finalmente, para recibir los platos. Una lástima, porque la propuesta gastronómica destaca por la calidad del producto y su apuesta por la proximidad. Nos gustaron especialmente el bikini con pan de l’Enric, jamón ibérico, queso lo Filat y trufa; las mini hamburguesas de buey de raza Bruna, y el huevo poché con parmentier de patata y trufa. En cambio, las patatas bravas con alioli de albaricoque no nos convencieron: faltas de carácter, más suaves que “bravas”. En resumen, una cocina con ideas interesantes e ingredientes bien escogidos, pero con un servicio que, ese día, falló. Quizás no era su día, pero el resultado fue desigual y nos dejó un sabor agridulce.