Cabo Vidio en Cudillero

Unas vistas espectaculares, paz y tranquilidad. Un pequeño paseo muy agradable.

Preciosas vistas y acantilados. El faro tiene una lente de fresnel pequeña, cuadrada, pero muy bonita y original. Si se va con niños o perros hay que extremar el cuidado. Hay acantilados por donde se pasea muy al borde y bancos igual.

Bonito sitio para contemplar el cantábrico, en una parte preciosa de la costa asturiana

Preciosas vistas, lugar tranquilo y un buen lugar para picnic.

Un lugar al que se llega tras un hermoso y sencillo paseo por el sendero que bordea la costa. También se puede ir en coche, aparcando cien metros más adelante. El faro en sí no es de los más bellos que jamás haya visto; lo fascinante es la vista panorámica, con su maravillosa vista de la costa y el afloramiento rocoso tras el faro, que requiere cierta precaución al acercarse.

El lugar perfecto existe y es este

¡Excelentes vistas, vale la pena verlas!

Tiene unos miradores excelentes.

Íbamos con las expectativas muy altas y nos hemos quedado a la mitad. Un camarero para todo el comedor se queda muy corto, los tiempos se dilatan mucho. Los espacios y la decoración muy bonitos. El producto bien, pero nada a destacar.

Este pasado domingo acudimos con una pareja de amigos, que tenia referencia del sitio por una tercera persona, pero digamos que para todos era sorpresa lo que nos podíamos encontrar. El sitio esta ubicado cerca de la rotonda de Oviñana saliendo hacia la derecha en vez del Cabo Vidio, con aparcamiento tanto dentro como relativamente cerca una explanada, así que fuimos hasta allí y como llegamos antes de tiempo salió Jairo a recibirnos y nos ofreció algo de beber mientras esperábamos tranquilamente en la terraza, el sitio la verdad no puede ser mas coqueto y tranquilo, así que estuvimos tan bien hasta que nos mando pasar al interior, De aperitivo teníamos una mantequilla con anchoas riquísima, con un salpicón y pan calentin, el cual te va ofreciendo en todo momento. nos ofreció la carta y tras oír sus recomendaciones y verla nos decidimos por unas almejas IMPRESONANTES, de tamaño y de sabor algo imperdible desde luego, luego medio pastel no recuerdo de que, pero que también estaba riquisimo, continuamos con pixin para dos a al altura de lo esperado y un rubiel para nuestros amigos, que dicho sea de paso, hubieran comido 3 personas con ese pedazo de pescado, así que aprovechamos a probarlo todos. Para rematar con varios postres, helados de fresa, requesón con compota y tarta de queso, todo buenisimo y un café de "puchero" , todo esto aderezado con una atención, una amabilidad y simpatía por parte de Jairo que es difícil encontrar hoy en día, siempre con una palabra amable y una sonrisa, desde luego que es un sitio para repetir ya que mereció la pena tanto la atención, como el lugar y sobre todo la comida. Se me olvidaba pagamos poco mas de 200 € para los 4, que bien podía haber venido otra persona y hubiera comido sin problema alguno, ya que sales de allí con el estomago y el espíritu lleno. Hasta pronto. Julio Lobato.