Brutalista en Madrid

Sitio brutal, el menú degustacion te deja perfecto. Me quedo con el puerro y con el postre de pantera rosa, me hubiese comido 5 más. Volveré

Muy buena experiencia gastronómica!los platos todos de diez tanto como el servicio. Me encanta que sea un sitio con personalidad de verdad que trabajan las cosas con mucho cariño

Concepto de menús con diferente número de platos a precio aceptable y cocina moderna y vanguardista. La sala, para mi gusto, algo fría, vajilla de toda la vida sin mantel… Los platos buenos aunque ninguno me sorprendió (algún berberecho no estaba bueno, no es culpa suya), navaja muy buena, papada, conejo diferentes y no sorprendentes. Sala 6 Servicio 6 Cocina 7 Precio 7

Relación calidad precio muy buena. Sitio original a descubrir. Como pero, te cuentan el menú muy rápido y no tienes tiempo para elegir con criterio; deberían tenerlo escrito.

Restaurante sorprendente por su concepto y sus originales platos. Hay varios menús con diversos números de entrantes y la posibilidad de un segundo plato. Muy recomendable.

De mis favoritos en Madrid. Todo es exquisito, en especial recomiendo el escabeche de conejo que es imperdible.

Brutalismo es una corriente arquitectnica nacida en Inglaterra en los 50 que se caracteriza por construcciones minimalistas que muestran los materiales de construcción desnudos y los elementos estructurales sobre el diseño decorativo. Pablo, el chef, ha declinado esa corriente en su cocina. Platos aparentemente simples, pero con resultados sorprendentes. Es un sitio diferente que hay que probar. Impresinante relación calidad precio.

Los platos han ido llegando a la mesa de manera ordenada. Y no era fácil. Seis personas comiendo dos tipos de menús, con disparidad de elecciones. Una clara cocina de aprovechamiento que desde el inicio, en los aperitivos, se muestra en esas tiras de peladuras de papata frita, o esa mahonesa de ajada, o en unos humildes pepinos encurtidos. En la primera tanda de las tres entradas la mesa ha vuelto a jugar, como en cada posibilidad que proponía la cocina. Cocina sabrosa, que entre ahumados y escabeches van construyendo un mapa de sabores sólidos y que hacen que Brutalista sea un buen gran restaurante. El conejo en una sopa escabechada, con acompañamiento de una sémola más gruesa que el cusucús ha gustado mucho, como la codorniz, y otras muchas probadas. Además el pan que propone la casa es magnífico, y las posibilidades de beber vinos de pequeño productor son muy estimulantes. En esa campo hemos hecho un hermoso recorrido por la geografía del vino nacional. De Sanlúcar a Canarías, de Galicia, en banco y tinto, hasta Ribera y vuelta al marco para acompañar los postres. Servicio de espíritu calmado y atento a que el cliente se sienta feliz. Cosa sumamente importante y que consiguen con creces. Cocina sabrosa y de cocciones muy adecuadas, como esa hermosa lubina en salsa de calabaza. Precios ajustados y más que interesante carta de vinos de pequeño productor que harán las delicias de cualquier aficionado a las novedades enológicas que se van produciendo en este inquieto mundo. Muy recomendable.

Original sitio, menú contado oralmente, muy original y variado. Destacó la calidad del escabeche y de la codorniz. Magnífica la anchoa y los berberechos como entrantes (algo escasos) y buena la crema de aperitivo aunque las pieles de patatas para acompañar no don muy adecuadas. Bien el vino.

Muy buena comida y muy buen servicio. También hicimos una degustación de mezcales. Lo recomendamos totalmente. Los pases fueron buenos y el nivel de los escabeches es realmente alto. Destacar el ajoblanco y los callos