Brisamar en Castelló de la Plana

Cenamos 4 personas,camarero muy amable comida bien, salimos un poco enfadados, porque después de gastarnos, 200 € en la cena, pedimos que nos pusieran en un tupper un arroz que nos sobró y nos cobraron el Tupper me parece Vergonzoso.

Fuimos cuatro personas a comer y salimos muy contentos. Calidad precio excelente y muy cerquita de la playa.

Excelente la Paella..pero la mesera es de mal carácter. Felizmente después nos atendió otra persona

Comimos muy bien y nos dieron mesa sin tener reserva. Se qué no siempre se puede hacer pero lo hicieron. Agradecidos.

Hemos ido a comer hoy, nos hemos pedido unos huevos rotos con foie, espectaculares, después yo he pedido un plato de paella valenciana, se notaba que estaba recalentada y súper seca, mi amigo pidió pulpo, pensaba que era más abundante ya que sale €15 el platito que les han puesto, el camarero un poco a su bola, pero eso no es algo a criticar, bueno, €60 por arroz seco recalentado en microondas y otras cosas más. No volveré seguro

Tomamos una caña y un corto y pulpo y cobraron 2 cañas y el pulpo distinto estaba insípido

Muy buen restaurante con mucha variedad de platos, sobre todo marisco y pescado. Todo lo que hemos pedido estaba buenísimo.

Increíblemente genial con paella y carne únicas... muy recomendable❤️❤️❤️

En el animado entorno del Grao de Castellón, muy cerca del puerto se encuentra Brisamar, un restaurante que combina la tradición gastronómica con una atención al detalle excepcional. Bajo la dirección de Ángel Nicolau, Jefe de Sala y propietario, este establecimiento destaca no solo por su cocina exquisita, sino también por un servicio al cliente que transforma cada comida en una experiencia inolvidable. La bienvenida en Brisamar es cálida y acogedora, con Ángel Nicolau liderando un equipo dedicado a hacer que cada comensal se sienta especial. Su atención es meticulosa, asegurándose de que cada detalle esté perfecto, desde la disposición de la mesa hasta el ambiente relajante del comedor. Acompañando a Ángel, la sonriente Amelia, una camarera cuya amabilidad y eficiencia son destacables, se encarga de que cada plato llegue a la mesa con el timing perfecto. El menú es una celebración de los mejores productos locales, con especial énfasis en los pescados frescos de la lonja de Castellón. Comenzamos nuestra degustación con unas tellinas y clochinas valencianas, frescas y llenas de sabor a mar, seguidas de una fritura de pescaditos, crujiente y ligera, perfecta para abrir el apetito. El calamar a la andaluza, una verdadera obra maestra, se presenta con una textura tierna y un rebozado perfectamente dorado. No podíamos dejar de destacar el cabracho, desespinado con maestría y cocinado al punto exacto acompañado de unas patatitas pochadas deliciosas, una muestra del compromiso del chef Juan con la calidad y la precisión culinaria. El rodaballo salvaje, por su parte, se servía con una frescura y sabor excepcionales… el punto un pelín menos a la próxima. Para cerrar esta experiencia gastronómica, los postres caseros no solo cumplen con las expectativas, sino que las superan. Cada bocado es un recordatorio de la dedicación y cariño con el que se preparan los platos en esta casa centenaria, donde se percibe el confort y la hospitalidad de sus anfitriones desde la entrada. ¡¡¡ Muy recomendable !!!

Comida tradicional de la zona, siempre sobre seguro, muy bueno todo lo que hemos probado, guiados por los sabios consejos del personal, buscando lo auténtico. Recomendable.