Blanco y Negro en Oña

Me ha gustado muchísimo La comida inmejorable, para repetir sin lugar a dudas. Todo exquisito

Todo:cocina, servicio, y ambiente espectacular . Pidas lo que pidas está buenísimo!! Cocina innovadora y elaborada. Siempre que puedo voy a comer allí. Ojo hay que reservar.Calidad y precio estupendo!!!

Restaurante comida fusión de gran calidad en sus platos y muy buena atención. Delicioso el yassa poulet que pedí.

La comida exquisita y el trato y atención inmejorable. Nos ha encantado

Comida diferente, con buen producto y muy buen sabor. Un gran acierto haber ido a este restaurante. Muy recomendable

Cocina superior, a años luz de cualquier otro local de la zona, donde la fusión de Senegal y España da lugar a platos excepcionales. Me quedo, por elegir alguno, con el montadito blanco y negro (capas de berenjena, manzana, cebolla y foie con un salsa deliciosa de naranja), con la brocheta de cordero con cuscús y verduras, y con la estrella de la casa que tuve la suerte de probar: Thiebou-djeen. Sencillamente delicioso. Imposible no probar los postres: pide varios porque no querrás compartir. Es un lujo que una ciudad del tamaño de Oña tenga un restaurante como Blanco y Negro. Eso si: Vete con la mente abierta y no buscando lo tradicional porque esto es otra cosa.

Nos recomendaron este restaurante para comer y, aprovechando una visita a Oña, no lo dudamos. Un acierto total. Comida fusión española y senegalesa, con platos muy elaborados, todos buenísimos. Y una atención de 10 por parte de la dueña.

Muy rico todo, una gran experiencia

Comimos el menú del día que estaba muy rico. Tiene un toque senegalés que te hace probar cosas nuevas. Todo estaba muy rico, y la chica que lo lleva es estupenda. Nos explicó los platos, nos asesoró y comimos fenomenal. Volveremos seguro.

De excursión de finde reservamos mesa en este pequeño restaurante de Oña, cuestión imprescindible si quieres comer allí porque tiene muy pocas mesas. Empezamos con la ensalada de mango y langostinos, la combinación funcionaba perfectamente, muy equilibrada y desde luego muy sabrosa. Los rollitos crujientes con salsa agridulce son un sorprendente toque asiático, también estaban ricos. No tenían el planto de caviar de berenjena y nos quedamos con las ganas de probarlo. La alcachofa la sirvieron sin huevo noche (nos avisaron al darnos la carta) y aparte de que la textura alguna de las hojas era un poco dura se notaba que era un plato inacabado (una lastima). El cordero troceado estaba muy bueno, tal vez un poco escaso, lucía mucho hueso y escaseaba la carne, no siendo fans de este tipo de carne la combinación con la base de arroz resultaba muy agradable. Cerramos con unas bolas de helado artesano de frutos rojos y yogur que estaban riquísimas. Servicio excelente, y si hay que poner algún oscuridad a la luz que desprende el sito es la escasez de platos en la carta. My corta y si encima falta alguno se te acaban las opciones enseguida. Lo que ofrecen fuera de carta (un montadito de berenjena y brocheta de cordero) son variaciones de los platos que realizan, con lo que no consiguen sorprender demasiado.