Berbena en Barcelona

Está bien ser seguro y un poco pretencioso, pero si lo eres, tienes que cumplir y serlo. Eso significa que lo que ofreces tiene que estar a la altura de las expectativas. Y yo, sin duda, tenía expectativas antes de ir a Berbena. Al entrar, la primera impresión no fue muy buena. La música estaba alta (82db). Preguntamos si podíamos tener otra mesa, y la respuesta fue no. El menú parecía atractivo (¿por qué esa sección de quesos en el centro?). Para hacernos esperar, nos trajeron pan con nata, mantequilla y embutidos, que no aportaba ningún valor añadido… ¡Uy! (no es la mejor manera de empezar). Luego vinieron los platos. En general, la comida estaba buena, pero nada sorprendente, nada memorable, nada que te hiciera interrumpir la conversación para comentar los platos. Al contrario, algunas opciones nos desconcertaron: las raciones eran pequeñas y los sabores bastante simples para nuestro gusto (topinabour, atún…). Parecía que a cada plato le faltaba un toque especial para hacerlo memorable. Una pena, porque se puede sentir el potencial. La selección de postres era demasiado limitada. Y luego, por desgracia, hay una sensación subyacente de presión, como si se esperara que uno pasara rápidamente de un plato a otro, y uno sabe cuándo es hora de levantarse de la mesa. Berbena no tiene nada de malo, pero tampoco nada excepcional. Y si me preguntas si volvería, la respuesta es no.

Una experiencia excepcional. Los platos son una obra maestra de equilibrio, sabor y estética. El personal de cocina y de sala se entrelazan a menudo como si bailaran, dejando a los comensales cautivados por tal armonía. Todo está meticulosamente planeado, pero el ambiente es alegre, relajado y hogareño. Un agradecimiento especial a Alice por encontrar una mesa perfecta para nuestras necesidades y por su ayuda con el menú. Volveré lo antes posible. Felicitaciones a todo el personal.

Impecable todo. Comida de 10. Servicio inmejorable. Ambiente de 10. El local es pequeño y acogedor, al principio del servicio (en el que todos los comensales entramos y los camareros van pidiendo en todas las mesas) se genera una energía y armonía que nos hizo sentir de una forma especial. Parece que deba ser caótico y es todo lo contrario. Nos recomendaron el vino con una ternura y explicaciones muy guayas. Y en cuanto a la comida disfrutamos de cada plato como niños pequeños. MUY Y MUY recomendable para ir con pareja amigos pero dispuestos a disfrutar de la experiencia con todos los sentidos para no perderles nada de la coreografía que se crea dentro de ese local. Una mención especial al helado de crema aceite y sal. Uno de los mejores postres que he probado nunca.

Hicimos una reserva para nuestra última noche en Barcelona y el personal, increíblemente atento y servicial, nos recibió con una cálida bienvenida. La comida estuvo absolutamente fantástica, lo que hizo que nuestra despedida fuera aún más memorable.

Comida riquísima. Llegamos a las 7 y abrió justo en ese momento. Abrieron a todos, así que fue un poco caótico, pero bien. Pedimos vino y echamos un vistazo a la carta. Pedimos pan, que estaba bueno, ya que las raciones no son enormes. ¡El pan estaba riquísimo! Pedimos remolacha, vieiras y tostada de gambas. También pedimos raya y calamar. Todo estaba riquísimo. Pedimos otra copa de vino cada uno y nos fuimos a dormir. Recomiendo muchísimo este lugar.

Maravilloso! El atún increíble. Helado con aceite también. Super experiencia.

Experiencia para repetir! Todos los platos con un balance justo en sus sabores, sin quitar el protagonismo a ninguno. La atención mirada a hacerte sentir en casa! Un ambiente distendido y ameno! Gracias a todos!

Fuimos con mi pareja y nos sentamos en la barra: lo recomiendo muchisismo mas que en mesa!!!!! Puedes ver como los cocineros trabajan de una manera casi ritual, calmados y elegantes. Recomiendo arriesgar un pelin y apostar por los platos vegetales o pescados. (Cosa q no hicimos) Es un sitio que domina por completo la cocción y combinación de las verduras, algo que dice ya mucho del lugar, porque no suele pasar! El plato de Col es una absoluta maravilla, nuestro favorito. Una explosión de sabores con un ingrediente muy humilde e infravalorado! Nos pedimos el plato de Lengua y el de Pato, y aunque muy bien cocinados, nos aburrieron, en comparación con el de atún (exquisito) y la col, que sorprendían mucho mas. Y de postre la creme freche súper elegante el contraste de sabores. El precio me pareció un poquito excesivo por las porciones, y aunque la experiencia fue muy bonita se me hizo un poco lento el ritmo de platos. Pero a la vez me encanto que se pudiesen pedir medias raciones y fueran tan flexibles! Servicio encantador, espacio muy bonito y una experiencia súper agradable y chula!

No me canso de ir! Un buen lugar para degustar una cena con encanto. No me cansaré de recomendaros!! Felicidades Berbena !!

Hmm. La experiencia general fue mixta: un tercero muy bueno, un tercero bien, un tercero bastante malo - especialmente los platos principales. Gyoza, cogollos, tostadas de camarón, desiertos y vino - v bueno. Mejilla de res, judías verdes, pan y lados - ok. Pato y raíz vegetal - mal hecho. Calamar - soso, aburrido. Stingray - mushy, desagradable para comer. Por los mismos 25 euros que uno de estos principales disfruté de un salmorejo, tortilla española, ensalada de tomate y crema catalana en La Flauta, mucho más divertido y con mejor relación calidad-precio. El personal era un poco pomposo y me pareció que no me pidieron que probara el vino bastante condescendiente. Música demasiado alta. Si la cocina fuera consistentemente buena, entonces los precios y el ITude serían tolerables; pero no lo es y no lo son. Una pena.