Berbena en Barcelona

Una experiencia absolutamente increíble. Estuve allí hace un par de meses y me puse a fantasear con el helado de aceite de oliva, pero luego me di cuenta de que nunca lo había reseñado. Corregido. Productos increíbles, servicio y selección de vinos fantásticos. Una experiencia simplemente impecable y vale la pena reservar con mucha antelación.

Una experiencia increíble de principio a fin. Carles, el dueño, es muy atento con cada comensal y realmente hizo que nuestra experiencia fuera especial. Nos sentamos en la barra del chef y cada plato estaba increíble. Un verdadero ejemplo de hospitalidad fenomenal en todos los sentidos. ¡Estamos deseando volver!

Mi comida favorita de este viaje. Me encanta poder pedir raciones completas o medias raciones. Pedimos media ración para probar más platos y nos alegramos de haberlo hecho. Personal amable y servicial.

Es uno de los mejores restaurantes de Barcelona. La experiencia de compartir activa la conversación, el local sencillo encapsula una cocina elaborada, con elementos tradicionales y novedosos.

Nuestra primera comida en Barcelona fue buenísima. Tapas exquisitas con sabores increíbles. El interior es limpio y se puede ver la cocina. El personal fue muy amable y atento.

Mmm. La experiencia en general fue mixta: un tercio muy buena, un tercio regular, un tercio bastante mala, sobre todo los platos principales. Gyozas, cogollos, tostadas de camarones, postres y vino: buenísimos. Carrillera, judías verdes, pan y guarniciones: aceptables. Pato y tubérculos: poco hechos. Calamares: insípidos, aburridos. Raya: blanda, desagradable de comer. Por los mismos 25 EUR que uno de estos platos principales, disfruté de un salmorejo, tortilla española, ensalada de tomate y crema catalana en La Flauta, mucho más divertido y con mejor relación calidad-precio. El personal fue un poco pomposo y me pareció bastante condescendiente que no me pidieran que probara el vino. La música estaba demasiado alta. Si la comida fuera siempre buena, los precios y el trato serían aceptables; pero no lo es, ni lo son. Una pena.

Disfruté de una cena increíble aquí en mi primera noche en Barcelona. Quizás fue el jet lag, quizás fue el maravilloso vino natural que el talentosísimo sumiller sirvió con intención y entusiasmo, quizás fue el servicio cálido, atento y sumamente hábil. Pero a mitad de la comida, sentado en mi barra con vistas a la cocina abierta, se me hizo un nudo en la garganta. No soy de escribir reseñas ni de hablar maravillas, pero me prometí hacerlo en esta ocasión. Mi camarero, Víctor, fue fantástico y acertó con sus recomendaciones, y fue genial ver a todos trabajando en equipo y contribuyendo al emplatado, el servicio, etc. en la cocina abierta. Me sirvieron medias raciones con mucho gusto, ya que cenaba solo; aquí no hay equivocación. Pon tu vida en sus competentes manos, aunque solo sea por una mesa, y prepárate para quedar maravillado.

Precioso restaurante con precios asequibles, la sommelier Lisa entrañable y la comida para repetir. Comimos 2 personas 6 platos y 2 postres con 4 copas de vino y servicio de pan por 152€. Los platos están diseñados para compartir. En sala recomiendan pedir medias raciones para compartir, unos 4 entrantes y unas 4 medias raciones. Servicio de pan: ofrecen dos tipos de pan: Masa de madre, bajo de acidez, de miga gomosa pero aireada, sabroso y crujiente. Pan tipo alemán (no nos gustó, muy seco y no sirve para mojar en salsas). - Gyoza de buey: Una única unidad a modo de aperitivo. Viene sobre un caldo concentrado y clarificado. Me parece una gyoza bastante española. - Vieiras y aguachile: La textura de la vieira es perfecta. El toque de cilantro en el aguachile no es invasivo, la lima está equilibrada. Es un aguachile que no enchila, pero esta delicioso, muy en la norma, para repetir. Lleva una rodajita de jalapeño que si aporta el picor y perdura sin molestar. - Sesos: Vienen sobre un caldo corto de cecina con sabor ligero, de matices grasos y tostados. El seso podría estar algo más blanqueado, pero combinaba genial con el caldo y las setas. - 1/2 Lengua buey con berenjena: No me ha gustado en conjunto. La berenjena es muy invasiva y no deja expandir los sabores de la lengua. La lengua habla por sí sola, y la textura, el choque de temperaturas de la berenjena y el corte de la misma no se complementan positivamente. Potenciaría el toque de la menta y variaría la textura de la berenjena. - 1 Calamar: El calamar en sí está perfecto de cocción, 0 chicloso. El toque graso de la papada combina genial, y las notas encebolladas y de ajo en la salsa están deliciosas. El ácido del tomate verde está perfecto. Para repetir. - 1/2 Bonito curado: Un poco sin más. El toque dulzón de la crema y la cereza está bien, la cereza combina con el bonito. Hay muy poca macadamia, pero tiene una muy buena textura. Falta un conector, un ácido. En sí nos pareció muy plano. Es un buen plato, pero no es muy gastronómico - Spring break: Apio osmotizado con almíbar, granizado de menta, helado de chocolate blanco y espuma de choco blanco. Tiene mucho protagonismo apio, y está delicioso, es algo diferente e inusual en postres. Tiene toques frescos y lácticos que complementan muy bien. - Granizado de saúco, melocotón asado, avena: La mezcla de melocotón con saúco brutal. Nos lo acabamos en 3 segundos. En general nos ha encantado y el servicio de sala ha sido perfecto. Sin duda lo recomendaré. Muy especial el hecho de que todos los comensales entran a la vez y el servicio fluye poco a poco. Ha tardado algo en empezar, pero no se ha hecho incómodo, sin duda repetiría. Gracias!

Tuvimos nuestra primera comida en Barcelona aquí y no decepcionó. Es un pequeño restaurante con un gran personal. Nuestros servidores eran todos amables y nos explicaron el menú y cómo funciona el restaurante. Compartes platos y eliges algunos entrantes y luego entradas y desertas. Las porciones son pequeñas pero esa es la delicia, probar múltiples platos. El menú varía y para nuestra cena nos encantó todo lo que probamos, desde lengua de ternera a dos platos de pescado a un plato de pintadas de Guinea que era excelente. Los precios eran razonables para un restaurante Michelin. Una fabulosa joya fuera de lo común en Barcelona

Maravillosas y creativas tapas y platos compartidos. La comida era fresca, de origen local y presentado tan bien. El servicio fue amable y divertido. La carta de vinos también es excepcional. Recomiendo encarecidamente esta joya mientras disfruta de Barcelona!