Bar restaurante Pascual en Madrid

Bar de los de toda la vida, con raciones de toda la vida abundantes y a buen precio. Si hay que poner una pega diría que el tamaño que no es grande. Tiene una pequeña terraza. La atención de 10, super majos y atentos todo el personal. Sin duda una buena elección

Vine a tomar algo después del teatro y me encantó el trato,comida y música. Me pilla lejos pero volveré. Gracias chicos sois estupendos!

Hemos pedido una ración de calamares, se nota que son frescos, muy ricos, muy bien, acompañados de otra de boquerones fritos que también buenísimos. El bocadillo de jamón ibérico, superior.. 😂😂 Todo ello con vino Ramón Bilbao. Trato 10, calidad 10, ah!!! De postre café y un vermut😉 de maravilla es poco.

Desde que me mudé a Madrid, he sentido este bar como mi segundo hogar. Aún me acuerdo como me sirvieron la mejor oreja que he probado en mi vida y me alegra el corazón. Un bar que mantiene la esencia pura de lo que se espera de estos establecimientos, además de contar con el mejor personal que puedas imaginar. Atentos, amables y, sobretodo, cercanos. Es un gusto recibir un trato perfecto cada día que venimos y como se acuerdan de ti. Creo que es una parada obligatoria para aquel que desee vivir la verdadera esencia de esta ciudad. 10/10

El bar de confianza que todos buscan. El trato de los camareros es impecable, y después de un tiempo te tratan como un amigo más. Llevamos yendo varias veces por semana desde hace meses y no lo cambiaba por nada. Súper bien de precio, y la comida súper rica y con muy buena calidad/precio. No lo puedo recomendar más!!!

Excelente servicio, buenos precios, y la atención de Camilo es INVALUABLE. Si quieren tomarse unos buenos tragos en un buen ambiente, vayan a Pascual

¡Excelente comida para la hora del almuerzo! ¡El personal es MUY atento!

Todo muy bien, el mesero muy amable y me dió autógrafa.jajaa Recomendable.

Para mí, el Bar Restaurante Pascual es una de esas joyas que descubres y que no puedes dejar de recomendar. Su ubicación es inmejorable, justo al lado de Palacio, así que es casi imposible no encontrarlo. Pero lo que de verdad marca la diferencia es lo que ofrece. No es solo un sitio para comer; es una experiencia para los sentidos. Me encanta lo amplia y variada que es su carta, con propuestas que te permiten viajar por distintas regiones de España sin moverte de la mesa. La relación calidad-precio me parece excelente, no es más caro que otros sitios de su categoría, y la comida es tan buena que dan ganas de volver todos los días. Además, facilitan mucho las cosas al aceptar prácticamente todos los métodos de pago, desde tarjetas de crédito hasta ticket restaurante. Eso para mí es un detalle importante. Eso sí, los fines de semana se llena muchísimo, así que he aprendido que es mejor reservar con tiempo para asegurar una buena mesa. El ambiente que tiene es otro de sus puntos fuertes; la decoración es tan acogedora que invita a quedarse horas charlando tranquilamente. Es el lugar perfecto para ir en familia porque todo el mundo sale contento y con buen sabor de boca. El trato del personal, el precio justo y la calidad de la comida hacen que siempre salga de allí con una sensación estupenda. Si quieres hacerte una idea de lo que te espera, merece mucho la pena echar un vistazo a las fotos de sus platos, porque la presentación es tan cuidada como el sabor.

Llegamos un poco temprano para echar un vistazo por la Basílica de San Francisco el Grande así que paramos aquí justo al final de la carretera para tomar algo y el último de los churros que les quedaban. Los refrescos saciaron nuestra sed, los churros estaban buenos y era muy barato. No es un lugar a donde normalmente vamos, pero perfectamente bien para una breve parada.