Atrio en Cáceres

Una vez en la vida tienes que darte el capricho.

Flipas bastante con el tema si no estás habituado a tener 6 camareros atendiendote... Un gran restaurante merecedor de su prestigio. Claramente lo recomiendo.

Situado en el enclave privilegiado del centro histórico de Cáceres, ha sido toda una experiencia el desayuno+visita a las bodegas. Todo de 10 sobre 10: atención, servicio, calidad, ambiente, todo perfecto 👌🏻. El desayuno, muy abundante y con productos selectos, dónde todo el personal está pendiente de que no falte de nada. Fruta, migas, tostadas, repostería, café, zumo... todo exquisito. Muy recomendable.

Un lugar a la de bonito como lujosa, donde iría una y otra vez para disfrutar de su extraordinaria comida de 3 estrellas michelín gracias por todo ATRIO

Excepcional. Local muy acogedor. La bodega : una joya preciosa, con una amplisima variedad de caldos . Ellos,un encanto. El personal, maravilloso. Aunque resaltaré en especial a Tadeo, profesional, empatico, discreto y todo un encanto. La comida , impresionante. Sabores, texturas ...todo un lujo. Sin duda ha sido un broche de oro a nuestra incursión en la región extremeña.

Nuestra visita a Atrio se resume básicamente con la palabra espectacular. El viaje empieza y termina con una visita constante al mundo ibérico, en especial al cerdo, es la base de la mayoría de los platos aunque tiene guiños al mundo del mar. Es casi imposible realizar un análisis de todos los platos, pero sí hay que destacar los más llamativos en mi opinión: El podium lo compone la papada de cerdo con caviar, la perdiz del siglo XVI y el tridente de salchichón iberico, tostón y lomo doblado. Estos tres, sobretodo los dos primeros te hacen ver realmente la calidad de este tres estrellas Michelín. El tercero, aún sin estar extremadamente elaborado y parecer simplon, tiene connotaciones de muy buen sabor y equilibrados contrastes. A destacar también con muy buena nota son: las vieiras: fresquísimas y refrescantes; la cigala con el crujiente (maravilloso), el bogavante con espuma de lemon grass y brócoli frito (espectacular) y el porco tonnato; toda una harmonia de sabores y texturas. Los postres son muy variados y de gran enorme calidad, destacando por encima de todo la torrija (de temporada). Del servicio mejor no hablar: atento, amable, sincronizado y con sabiduría. La visita de Toño tanto antes como después de la comida realza lo buen cocinero y persona que es: cercana y humana. Destacar también la presentación de la preciosa bodega antes de sentarse a mesa. Conclusión: Nadie trabaja mejor el cerdo que Toño.

Experiencia maravillosa. Tanto la comida, como el lugar, como el trato del personal, todo de 10. Para repetir una y mil veces. Muchas gracias.

La experiencia comienza con un tour por su bodega, con un diseño vanguardista en la que puedes ver vinos antiquísimos. El servicio muy acorde a la categoría del lugar. La comida ofrece un viaje a través de Extremadura con el cerdo como principal protagonista. Un lugar al que merece la pena ir.

Restaurante con tres estrellas Michelín. Diferente a lo demás, con una decoración y un estilo muy propios, agradables y cómodos. Más que una comida es una experiencia gastronómica excepcional. Lugar acogedor, limpio y bien decorado. Por aquello de ser Ldo. en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y especialista en Higiene y Seguridad Alimentaria y casi inconscientemente trato de asegurarme de que se cumplen todas las medidas higiénico-sanitarias en los lugares donde voy a disfrutar de la comida y he de decir que este restaurante los cumple con creces. La limpieza excelente, tanto de las zonas comunes de restauración como aquellas otras zonas menos visuales y que trato siempre de estudiar. Los baños limpios y muy accesibles. Tras una breve visita a la bodega pasé a degustar el menú. Exquisito, sublime... y el trato inmejorable. Es todo un placer para los sentidos disfrutar con los cinco sentidos de esta experiencia gastronómica. Dentro, en los fogones, los chefs hacen su magia y ésta se convierte en un festival de sabores, olores, colores y texturas propias de un restaurante galardonado con 3 estrellas Michelín. En la sala, los camareros atentos y profesionales, que dan un servicio al cliente que hace que te sientas como en casa. Si vas a Cáceres y quieres empaparte de la alta gastronomía, sin duda debes regalarte el placer de comer en el Atrio. El mejor comentario que se puede hacer de un restaurante es el de desear volver lo antes posible para volver a disfrutar de sus productos y de su trato. Pues ese es mi caso, deseando volver estoy.

La estancia comenzó con la visita de la bodega única y la cocina, en presencia del maestro. ¡Qué impresionante! El menú no dejó deseos. De principio a fin un fuego artificial de diferentes gustos, todos únicos, nunca había tenido algo así. Servicio rápido, muy amable y sin problemas. ¡Muy bien!