Viviendo en una tierra como la que vivimos, la parrilla es casi una religión. A todos nos gusta, y más ahora con la llegada del verano, ese sabor que la brasa introduce a cualquier producto: carne, pescado, e incluso verduras. Y si a eso se le une, además, una excelente materia prima y el visitar un lugar por primera vez, completas una experiencia muy agradable, como la que tuvimos en Casa Ángel.
Ubicado en la calle Abejeras, entre los barrios de Iturrama y Azpilagaña y a solo 20 minutos andando del centro de Pamplona, se encuentra Casa Ángel, un asador que nos recomendaron por su buen hacer en la comida a la brasa y su excelente relación calidad/precio.
Nada más entrar a Casa Ángel te envuelve su ambiente de restaurante tradicional. Cuenta con un espacio amplio, con varios comedores que invitan a disfrutar de la comida. La decoración clásica y el ambiente cálido te hacen sentir como en casa desde el primer momento, especialmente por su imponente parrilla, que es la verdadera reina del asador y que se encuentra en el centro de la sala. Este toque especial permite observar el arte de la brasa en directo, dándole un valor añadido a la experiencia.
En cuanto a su oferta, Casa Ángel no tiene menú, pero su carta es lo suficientemente amplia y atractiva como para dejarte unos minutos dudando sobre qué platos elegir. La variedad de los platos propuestos, entre los que se encuentran diversos entrantes, carnes y pescados, aseguran que cada visita sea una nueva aventura culinaria.
Para comenzar nuestra velada optamos por unas croquetas de chuletón, con un verdadero interior meloso que contaba con todo el sabor de la brasa en cada bocado. Luego disfrutamos de un lomo de sardina marinada "Getaria", una buena materia primera tratada con maestría que resaltaba la frescura del producto.
Y ya para el tercer entrante pasamos de los bocados y pedimos un pulpo braseado con patata y pimentón, una ración que resultó muy generosa y además una delicia por la que merece la pena volver a Casa Ángel, no solo porque se trata de un producto de primera calidad, sino porque también está perfectamente asado en la parrilla y muy bien acompañado de una sabrosa crema de patata y pimentón.
Y, como no podía ser de otra forma, no tuvimos dudas sobre el plato principal: el chuletón (más grande que la chuleta) de vaca Premium a la brasa. Este plato, un verdadero emblema de Casa Ángel, se sirve en la cantidad habitual de un kilo para dos personas, que tiene un precio de 65€ y que está acompañado por patatas y una ensalada incluidas en el precio.
Sobre la carne, comentar que su calidad es muy buena, ofreciendo una excelente relación calidad-precio para su coste. Además, el chuletón nos lo sirvieron en su punto perfecto, con una cantidad de grasa que nos permitió mezclarla con el magro para elevar todavía más su sabor.
Lo único malo es que, después de disfrutar de un festín de tales proporciones, no tuvimos espacio en el estómago para los postres. Sin embargo, la carta de postres tradicionales de Casa Ángel es tentadora, con opciones como torrija caramelizada, pantxineta, tarta de queso, cuajada y leche frita. Sin duda, dejamos estos placeres dulces para nuestra próxima visita, que después de lo que disfrutaremos no será dentro de mucho tiempo.
Pamplona Gastronómica
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26 Junio 2024
10,0