Arcipreste de Hita - Hotel Husa en Navacerrada

Buen hotel salvo por 2 cosas: Pedimos una cuna y nos dieron un parque cuyo suelo eran de lamas de madera. El aire acondicionado ruidoso y no enfriaba bien.

La habitación con vista a la montaña le falta un poco más de insonorización, el aire acondicionado muy viejo y con mucho ruido, imposible ponerlo de noche. Las vistas desde la terraza espectaculares, la piscina agua muy fría. El personal muy atento y amable. Hotel para desconectar.

Por nuestro aniversario decidimos hacer una última escapada de verano y optamos por esta opción, está muy cerca del pueblo a tan sólo 4 minutos en coche, buena relación calidad precio, teniendo en cuenta que es un hotel 4 estrellas, pagamos 140€ la noche con spa y desayuno incluido, buena atención por parte del personal, el hotel está recién reformado y la decoración es preciosa, las instalaciones están bastante bien, habitación con bañera, tv, aire acondicionado y calefacción también, bonitas vistas al embalse, jacuzzi con agua caliente en el spa.

Hay un nuevo propietario y cambios en general. Nueva terraza exterior, muy agradable, aunque con poco personal cuando se llena. Mejor mantenimiento de las instalaciones y nueva decoración. Próximamente reformaran tambien los baños. En general ha mejorado y la estancia se hace muy agradable

Enclave maravilloso y trato perfecto!

Un lugar excepcional para cenar y disfrutar de las fantásticas vistas, tomarse una copa en la terraza. Antonio el encargado un buen profesional, repetiremos, volveremos sin duda. Elisabeth

Hotel muy bien situado y con un buen restaurante. Las habitaciones necesitan una remodelación. Personal muy amable

Voy a repetir seguro, sitios súper tranquilo, se puede aparcar perfectamente ya que tiene dos parkings, tiene un montón de rutas cerca del hotel y el pueblo al lado.

He regresado a este hotel al que he viajado en varias ocasiones, era mi refugio del ruido y el estrés de Madrid. La primera sorpresa que me he llevado es que ya no es "solo adultos", ahora aquella tranquilidad de antaño se ha perdido, aunque imagino que han ganado los padres con chavales pequeños (había bastantes). El hotel ha mejorado mucho en aspecto, ahora luce confortable y con una decoración hogareña, una recepción muy bonita. Las habitaciones son amplias y si tienes suerte de tener una hacia el lado de la piscina vas a descubrir una de las mejores vistas de la Sierra y del embalse de Navacerrada, una maravilla. La piscina es ideal para los que le gusta el agua fresquita, aquí conserva el frío todo el día. Un “10” para la socorrista que cuida la piscina y que se desvive porque todo esté bien y para que la gente no reserve las tumbonas todo el día (un gesto de muchos clientes que no entienden que es un gesto de egoismo) Ideal la zona de chilout que han montado, con sillones, mesas altas y bajas en las que por la noche se está de maravilla (con cinco grados menos que en Madrid) y con unas vistas impresionantes. El único “pero” es que les ocurre a lo que muchos de nuestros hoteles y restaurantes, están faltos de personal y que decir de personal cualificado. El sábado las comandas tardaban muchísimo en servirse. Menos mal que tienen a Antonio que es todo simpatía y profesionalidad. Él solo arregló en parte el caos que había organizado. En la zona chilout tienen una carta desenfada para que se pueda picar algo, aunque faltan los sándwiches o los montados, más apetecibles en una cena informal. El primer día tomamos un plato de jamón que quisimos repetir el sábado pero no había personal para cortar el jamón. Necesitan mejorar la oferta de vinos, por copas no tienen rosado y tan solo un verdejo entre las propuestas de blanco por copas, algo ya impensable en cualquier barra que se precie. Aquí también hay restaurante bajo la tutela del chef Jaime Monzón de raíces peruanas y formación en la gastronomía mediterránea. No he podido probar sus platos, porque había mucho que visitar por los alrededores, pero seguro que volveremos. Tienen una terraza muy solicitada en estas semanas, por la noche se está de maravilla. En definitiva habrá que regresar fuera de temporada para disfrutar del hotel con menos público.

Vistas espectaculares, desayuno excelente y trato muy cercano y amable por parte del personal, especialmente Patricia y Juan. Gracias!