Anhelo Restaurante en Castelló de la Plana

Fabuloso restaurante en Castellón!! Tomamos el menú sentidos con maridaje, una fantasía. El ambiente,el personal y la cena excepcional. Por supuesto que repetiré la experiencia.

Una experiencia gastronómica increíble. Nos encantó cada plato, la explicación que nos dieron, la presentación, los sabores… Todo. Muy muy recomendable.

Gran restaurante. Compartimos un momento gastronómico digno de un restaurante con estrella. Gracias a Christian el chef por este placer culinario. ¡Definitivamente regresaremos lo antes posible!

Cristian nos ha maravillado, una vez más, con las exquisiteces del menú Anhelo. Nos ha dejado sorprendidos por la innovación de sus platos. Cada uno de ellos, nos ha transportado a un nivel de disfrute superior al anterior. Nosotros pedimos para Papá Noel, el regalo del gusto al paladar con la mano de Cristian su chef. Hortensia nos sirvió con gran profesionalidad y encanto, agradecidos te estamos.

Impresionante. Una propuesta original con mucho sabor. 150% recomendable el menú Anhelo.

Me ha encantado la experiencia 😊, todo genial con maridaje incluido y el menú intermedio, además nos adaptaron un menú a las intolerancias de uno de los comensales, previo aviso que nos preguntaron al reservar.

Una gran calidad, con un menú degustacion muy original y bien de cantidades. Muy agradable todo el personal, y dada la calidad bien de precio. Un referente en Castellón sin duda. A destacar el bacalao y el postre principal.

El sitio es pequeño. Decoración simple pero con gusto. Nada sobrecargado. Los platos los monta el cheff a la vista de todos en una barra que tienen. La comida está realmente riquísima, mucho saber, se respeta el producto, raciones pequeñas, buenísimas combinaciones. Lo peor de local, los baños que necesitan una renovación. Volvería a este sitio sin dudarlo. Enhorabuena Al cheff

Esta semana tuve la oportunidad de volver a visitar Anhelo, esta vez, en su nuevo local, que mantiene la esencia del anterior en cuanto a estética sencilla, bonita y acogedora, pero incorpora la cocina abierta donde Cristian termina la elaboración de sus originales platos, detalle que no altera la tranquilidad del lugar. Al entrar, nos recibieron Fany y Hortensia que son las dos camareras que se ocupan de la sala y se encargaron de que no nos faltara de nada durante toda la experiencia y de explicarnos cada una de las elaboraciones de Cristian, como siempre, llenas de mezclas, matices y sabores únicos. Habíamos elegido el menú Sentidos, compuesto por tres “snacks”, cuatro platos individuales y dos postres, y no puedo poner ni un pero a ninguno de ellos. Me sorprendió mucho el sabor de la la velouté de la gamba en tres pasos, y como siempre el guiso de calamar destacó al ser un plato con un sabor único y muy potente que no deja indiferente a nadie. Pero esta vez mi plato favorito fue el rodaballo acompañado de una mantequilla de piñones, muy marcado, con la piel crujiente y mucho sabor a piñones, pero muy suave y agradable, muy rico. Y para los carnívoros el plato final de lomo bajo madurado en queso azul es un espectáculo que algunos, incluso, quisieron repetir. Finalizamos la comida con un pre-postre, más ligero, compuesto por un limón muy suave, y una espuma de kéfir que ya había probado en otras ocasiones y que está muy buena y es muy agradable de tomar, acompañado de su famosa mistela de cítricos fresquita y llena de aromas, y terminamos con el súper postre de tarta de queso en diferentes temperaturas con helado de maracuyá y crema de lotus, que además llevaba de base una cookie con pepitas de choco, una auténtica cucharada de placer para los más golosos y dulzones. Una vez más agradecer tanto al personal de la sala como a Cristian su amabilidad y su preocupación por asegurarse que no nos faltaba de nada y que estaba todo de nuestro gusto. Un placer poder volver a lugares como este y que cada experiencia sea única, pero el cuidado sea el mismo. Gracias!

La cena fue muy bien presentada, con buena calidad del producto y mucho sabor. Las cantidades son más que suficientes, teniendo en cuenta que son muchos platos. Totalmente recomendable. Es un restaurante muy pequeño, y puedes ver el cocinado de los platos. Al finalizar la cena pudimos conversqr con el chef, muy amable, que nos explicó la elaboración de los platos. Volveremos.