Amor Amargo en Valencia

Buena comida, buenos ingredientes. Buen servicio. El decorado tiene algo del bistrot francés. Gracias.

El pasado puente mayo visitamos Valencia y cenamos en Amor Amargo dos noches, la primera por casualidad. Paseábamos por la zona y desde fuera nos llamó la atención, no conocíamos el local ni teníamos reserva. Estaba bastante lleno así que probamos suerte. Y la tuvimos!! Nos atendió Roberto, que nos hizo sentir bienvenidos, y muy bien atendidos, un encanto!! Nos comentó que había algunos "barriles" a punto de acabar y sugirió tomar una caña de mientras. mayo, no conocíamos el lugar ni teníamos reserva. Al poco nos avisó y nos llevó a un "barril". El primer día probamos el torrezno (muy crujiente y sabroso), el figatell de sepia (riquísimo, no lo conocíamos) las patatas bravas y croquetas. Toda una agradable experiencia. El segundo día ya no fue casualidad, habida cuenta de la grata experiencia del día anterior ya fuimos directos. Ese día repetimos el figatell, la pata de pulpo braseada, el tartar de atún y no recuerdo que más, todo riquísimo. Sin duda un lugar agradable, en el que te sentirás bienvenido, y del que saldrás satisfecho. Y muchas gracias Roberto por tu amabilidad y encanto!!

Restaurante típico. Buen ambiente pero demasiado ruidoso. Oídos sensibles, abstenerse.

¡Comida increíble y un ambiente animado! ¡Las croquetas están simplemente deliciosas!

Un aperitivo rápido en un lugar especial. Personal amable y servicial.

Todo lo que comimos estaba muy rico. La única pega que cobran el agua filtrada a más de dos euros

Estuve de paseo con mí señora, nos encantó la comida y la atención, muy buena relación precio calidad

Amor Amargo es una buena experiencia gastronómica. Cocina creativa de autor, presentación impecable y sabores que sorprenden. Buen servicio, mucho ambiente y carta de vinos exquisita. ¡Volveremos!

Los platos muy ricos y bien presentados, y además bastante cantidad. El sitio acogedor ,el servicio rápido y los camareros muy correctos

Cocina casera y de calidad. Recomiendo el figatell de sepia y la presa ibèrica. Ambiente muy bueno familiar y personal de confianza