Acid Cafe en Madrid

Me encantó esta cafetería. El babka y el matcha (helado) eran mis favoritos.

¡Todo estuvo perfecto! El servicio fue extraordinario y muy amable; el café y el capuchino estaban excelentes, y los postres también muy sofisticados y deliciosos.

Rollos de canela muy ricos, los hacen con glaseado de limón, que le aporta un toque ácido.

Sito acogedor, con una decoración minimalista. Ideal para un café y desfrutar un rato con una pareja o leyendo. Desafortunadamente, no hay wifi y la cobertura es muy mala. Así que, no es indicado para los que buscan un café donde se pueda trabajar online.

Vimos buenas reseñas del café en internet y decidimos probarlo. No era especialmente especial, pero nos pareció un sabor típico. El muffin estaba realmente delicioso, y diría que valió la pena el viaje.

Tomé café y croissants. Por alguna razón no tienen americano. Sí tienen espresso, y el café normal es de filtro. No hay wifi y la conexión de datos una vez dentro es pésima. Se conecta al 3G y no funciona nada. Así que si buscas un café tranquilo, ven aquí. Yo no volvería, solo por los problemas de datos.

Este lugar no merece el rating que tiene, 10/10 en sabor, servicio y staff, la gente que les da mal ranking es porque no entienden lo meticuloso que uno tiene que ser para trabajar con cafés de ese calibre, el precio, si entiendes de café de especialidad, es barato, los batistas súper preparados y amigables. Muy buena experiencia 10/10

El espresso estaba bien tirado, equilibrado y con la acidez justa. Aunque quería un espresso con hielo, el barista me dijo que no lo sirven. Nunca me habían negado una bebida así, y el servicio me pareció estricto e incómodo. Por eso le doy 4 estrellas en lugar de 5 (específicamente por el servicio). Un espacio minimalista (y zen) para relajarse y tomar un café. El diseño interior, de madera y hormigón, era de muy buen gusto.

Todo estaba buenísimo, pero 8 € por 3 cucharadas de yogur con granola me parece excesivo. Estábamos esperando un bol, pero llegó uno con muy poca cantidad.

Acid Café en Madrid fue justo lo que necesitábamos para recargar energías después de un largo día de viaje. Pedimos dos flat whites y un bollo de cardamomo, y la verdad es que ¡guau! ¿El café? Totalmente en su punto. Aunque aquí no encontrarás un arte latte espectacular, el sabor de su espresso de origen único habla por sí solo: suave, intenso y perfectamente equilibrado. Es el tipo de taza que te hace parar a mitad de sorbo solo para apreciarlo. Es un café nórdico, lo que lo hace súper único. El bollo de cardamomo fue una maravilla: caliente, con el punto justo de especias, suave con ese toque ligeramente masticable que esperas. Acompañado del flat white, fue la manera perfecta de quitarse el jet lag. En cuanto al ambiente, tiene una energía genial y discreta. Música genial de fondo, un barista con muchísimo talento manejando la máquina como un artista y un servicio realmente amable. Sin duda, un lugar al que volvería una y otra vez.