Abadia en Cuacos de Yuste

Nos alojamos varias noches, el sitio es alucinante el personal muy amable y atento, la comida de su comedor en general es excelente, tomamos de entrantes: aluviones, y Zorongollos todo buenísimo. De segundo solomillo y cochinillo no estaban mal pero en mi opinión mejorables… el postre torrija un verdadero acierto. Había un pequeño problema con las moscas que se colaron en el comedor llegando a ser bastante molesto por momentos. El desayuno bien tienen una cartita encima de la mesa para complementar el servicio de desayuno. Mención a los huevos con lanceta muy ricos aunque se repitió el problema de las moscas y algunos mosquitos. Las habitaciones bien por lo general algún detalle como arreglar algún desconchón cerca del aire acondicionado y unos cable de la televisión que estaban por medio… el baño tenía alguna cosilla que mejorar como limpieza del tapón del lavabo o la falta de uno de los pulsadores del vater, junto a unas manchas en el mármol del lavabo difíciles de quitar… detalles pequeños que en un hotel de esta categoría hacen que la experiencia en el decaiga un poco. Por lo demás un sitio fantástico con varias salas de estar donde poder relajarte tomarte un cafe o infusión y disfruta del fantástico patio trasero decorado con plantas. Volveremos.

Hotel precioso. Habitación y baño amplios y limpios. Invita al descanso y muy silencioso. Personal muy amable y atento. Desayuno bufet pequeño pero con todo lo necesario. En recepción tienen cafe, te, galletas, bizcocho y chucherías de cortesía. En la habitación también tienen detalles de cortesía. Nos hicieron sentir muy bien. El agua de la fuente del patio relaja mucho. Sin duda para volver. Parking amplio.

Es un sitio totalmente recomendable, tanto por su encanto como por su comida espectacular y por el personal. Gracias Alba y Miguel sois estupendos. Volveremos seguro.

Todo perfecto. La chica de recepción muy amable y acogedora. Desde el principio todo fueron facilidades y comodidades en la habitación y en los salones con café y bizcochos para huéspedes. Por poner un pero, la luz de emergencia que tenía la habitación por la noche dificultó el sueño. Todo muy tranquilo y bien. El desayuno muy variado. Gran calidad.

Hemos comido en el restaurante y muy bien. Muy buena cocina y atención El sitio muy agradable

Lugar que te sorprenderá mucho. Sobrepasa las expectativas. Al lado de un lugar histórico. Lo recomiendo.

He estado alojado once dias ( mes de Septiembre ) en la habitación 112 ( Laredo ) y ha sido toda una experiencia muy gratificante , tanto por el entorno ( Comarca de La Vera ) por el pueblo ( Cuacos de Yuste ) , por el bello y cuidado complejo hotelero que conforma el Abadía , por la habitación , y por el buen hacer y el profesionalismo de Alba y de Rubén ( sois un encanto ) ...... me he sentido ( me habéis hecho sentir ) como en casa ...... totalmente recomendable , donde está cuidado hasta el último detalle para sentirte cómodo en todo momento y disfrutar de la estancia sin preocuparte de nada , ya se ocupan Alba y Rubén de que así sea ....... muchas gracias por todo y por tanto , nos veremos , porque el mundo es muy pequeño y porque la Vida siempre nos regala esa urgencia de volver allí donde nos hemos sentido queridos .

Buena experiencia. Habitación amplia, limpia y muy completa. Desayuno aceptable. Nos regalaron un botecito de pimenton. 😊 Lo peor para mi que había muchas escaleras.

Acabamos de comer en el Restaurante Abadía. Un espectáculo. El trato amable, cercano y profesional de l@s camarer@s es lo primero. La calidad de los productos y su elaboración están a la altura de lo primero. Gracias Eva por recomendármelo. Volvería a diario...

Si no sabes elegir dónde comer, no te arrepentirás si acudes a este lugar. El entorno crea un ambiente agradable, sin ruidos y con las mesas suficientemente separadas. Un servicio impecable de los encargados, con la empatía que agradece el visitante. Y sobre la comida: Por unos 35€ por persona nos dimos un homenaje. Carne excelente, bien preparada y platos de la tierra exquisitos. Solo poner un pero, por decir algo: llamamos a las 14,30 para reservar y nos dijeron que hasta las 15,00 no había mesa. Llegamos a las 14,50 y habían cuatro o cinco mesas libres. No llegamos a entenderlo, pues es difícil de creer que estuvieran ocupadas todas y de pronto se fueran.