Abadia en Cuacos de Yuste

Un oasis para un dia de calor. Hemos parado de casualidad a comer algo, la mejor parada. Muy muy recomendable.

La comida es espectacular. El servicio maravilloso y atento. Lugar con encanto para repetir y recomendar

Esta valoración coresponde a la experiencia en el restaurante Abadía de Rubén Hornero. Sin opinión sobre el hotel pues no estuvimos alojados.

Una joya escondida en la Vera: El Hotel Rural Abadía de Yuste No se trata solo de un alojamiento, sino de una experiencia. Desde el primer momento en que llegamos al Hotel Rural Abadía de Yuste, supimos que habíamos encontrado un lugar especial. Situado en un entorno privilegiado, donde la historia, la naturaleza y la tranquilidad se funden, este pequeño hotel rural es todo lo que uno puede desear para desconectar y reconectar con lo auténtico. Las instalaciones están cuidadas hasta el más mínimo detalle. El edificio, una preciosa abadía restaurada con un gusto exquisito, respira historia por cada piedra, pero con todas las comodidades modernas. Las habitaciones son cálidas, acogedoras y decoradas con mucho mimo, respetando el encanto rural sin renunciar al confort. Pero lo que realmente convierte esta estancia en algo inolvidable son Rubén y Alba, los anfitriones. Su hospitalidad es genuina, cercana y generosa. Se nota que aman lo que hacen y que cada huésped es importante para ellos. Están siempre disponibles para ayudarte, recomendarte rincones secretos de la zona, rutas, lugares donde comer o simplemente para charlar y hacerte sentir como en casa. Su trato no es de hotel, es de hogar. Han conseguido algo muy difícil: crear un lugar donde uno no solo descansa, sino donde se siente cuidado. Detalles como el desayuno casero con productos de la zona, las recomendaciones personalizadas o su sonrisa cada mañana hacen toda la diferencia. En resumen, si estás buscando una escapada con encanto, autenticidad y calor humano, el Hotel Rural Abadía de Yuste es el sitio. Y Rubén y Alba, su alma. ¡Volveremos sin duda!

Una estancia para repetir Nos alojamos en el Hospedium Hotel Rural Abadía de Yuste y la experiencia fue estupenda. El entorno es precioso, el hotel tiene mucho encanto, y todo está muy cuidado. Lo que realmente marcó la diferencia fue la atención de Alba. Fue increíblemente amable, cercana y atenta durante toda nuestra estancia. Nos hizo sentir bienvenidos desde el primer momento y nos ayudó con todo lo que necesitamos, siempre con una sonrisa. La habitación era cómoda, el desayuno muy completo, y el ambiente general del hotel invita a relajarse. Sin duda, un lugar al que volveremos.

Me he hospedado para realizar desde ahí una ruta senderista, es cómodo, el restaurante está bien y el personal es muy amable

Comí en el restaurante, el servicio muy atento en todo momento y gran calidad en sus productos y elaboración de los mismos

Fuimos a comer y, aunque todo fue correcto, nada de lo que probamos nos llamó especialmente la atención. Dicen no disponer de carta física o que no está actualizada, cosa que no es legal. Te prestan una tablet, pero eso no exime al establecimiento de dicha obligatoriedad.

Una experiencia fantástica. Comida y servicio excepcional. Si hubiera que sacarle una pega, la única que se me ocurre es que las almohadas podrían ser un poco más duras. Pero este hotel es un acierto rotundo.

Las expectativas eran bastante más altas que lo que luego se vió en la mesa. Sorprende la cristalería, parecía duralex, de todas la vida, ¿Quizás sea tendencia? Los entrantes muy ricos y escasos. El bacalao al pil pil bien ejecutado y cantidad suficiente. Los solomillos, buena ración y mala ejecución, el interior crudo y frío, se pidieron al punto. Lo que si fue abundante fue la factura y el dinero que abonamos que era de buena calidad.. No invita a volver.