Los mejores restaurantes con pedidos a domicilio con pedidos para llevar de otras cocinas en Irun

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8,1
319
Opiniones

Papperino il gelato


Irun, <20€
30/07/2025: Realmente una textura estupenda, y los sabores naturales realzados con trozos son realmente muy sabrosos.
17/07/2025: Nunca en mi vida había probado unos helados naturales tan increíbles, tienen para elegir sabores exquisitos, un local precioso y lo mejor: todos los que trabajan allí, de los que recibes un trato excepcional. Han llegado a acordarse de mi preferencia por el de tarta de queso antes de pedirlo. Ojalá podamos seguir disfrutando durante muchísimo tiempo. Maravilloso!

7,8
756
Opiniones

Bidassoa Taproom, España


Irun
09/08/2025: Me impresionó mucho la comida. El churrasco estaba excelente. ¡Perfectamente hecho! Las croquetas y la ensalada también estaban muy buenas.
05/08/2025: Llegamos con la idea de disfrutar de una comida tranquila, sin imaginar que acabaríamos viviendo una experiencia tan desagradable. Pedimos varios platos, entre ellos unas alitas que, según la carta, llevaban “salsa teriyaki”, ajetes tiernos, cebolla frita y pimentón dulce. Cuando las probamos, tenían un sabor muy fuerte a jengibre. Lo detecté de inmediato y no pude comerlas, ya que no lo tolero. Me dirigí al personal para explicarlo y fue la propia camarera quien reconoció que ese día los cocineros habían añadido más jengibre de lo habitual, lo que intensificó el sabor. El jengibre no aparecía indicado en la carta ni en ninguna información de ingredientes, a pesar de que es un producto de sabor muy marcado que puede condicionar la decisión de pedir o no un plato. Según la Ley de Consumidores y Usuarios (arts. 60 y 61), el cliente tiene derecho a recibir una información veraz y suficiente sobre lo que va a consumir. Aquí no fue el caso. Es como si pidieras un plato de pollo al horno y, sin especificarlo en la carta, le hubieran añadido una gran cantidad de guindilla picante: hay personas que no lo toleran y jamás lo pedirían si lo supieran. En nuestro caso fue el jengibre, un sabor igual de intenso y característico que, si no se advierte, puede arruinar por completo la experiencia para quien no lo tolera. Lo intentamos explicar con estos ejemplos y, en lugar de escucharnos o buscar una solución, nos respondieron con comentarios fuera de lugar y sin atender realmente a lo que decíamos. Solicitamos simplemente que no nos cobrasen las alitas, ya que no las consumimos, y pagar el resto sin problema. A partir de ahí, comenzó un episodio que no desearía a nadie: • El que entendemos que es el responsable nos trató con desprecio e intimidación. • Se negó inicialmente a darnos la hoja de reclamaciones, y después incluso a facilitarnos un bolígrafo, obligándonos a pedirlo en otro establecimiento. • Nos acusó falsamente de “venir a comer gratis” y de “querer que nos invitasen”, cuando en todo momento dejamos claro que queríamos pagar el resto de los platos. • Nos dijo que “hubiéramos dicho que éramos alérgicas” y que “habría que mentir” para no pagar, algo absolutamente inapropiado. • Jamás nos ofreció cambiar el plato por otro, pero después afirmó que habíamos rechazado esa opción, lo cual es rotundamente falso y que de igual manera no nos iba a cambiar nada ya que era “un gusto personal”. A pesar de que el error es del local por no haber especificado ese ingrediente extra en la carta. • Mientras rellenábamos la hoja, se acercó repetidas veces a molestarnos y, en una ocasión, nos dijo con sorna que “esperaba que nos mereciera la pena” y que pusiéramos que nos habían invitado a “una jarra de agua del grifo”, como si fuera un favor, cuando es obligatorio por ley. • Nos acusó sin motivo de “tratar mal a la camarera” y llegó a llamarme “mentirosa” y a gritarme delante de otros clientes, negando hechos que sus propios compañeros tuvieron que parar. Finalmente, y bajo presión, tuvimos que pagar unas alitas que no comimos, un claro cobro indebido por un producto que no correspondía a la descripción de la carta. La experiencia fue humillante, desagradable y contraria a la más mínima ética profesional. Un restaurante no solo vende comida, también ofrece trato humano y respeto al cliente. Aquí fallaron en lo más básico: transparencia, educación y responsabilidad. Como colofón, tras nuestra reseña inicial, el establecimiento respondió con burla, adjuntando una receta de televisión con jengibre, como si fuera una justificación, cuando lo que se les reprocha no es la receta en sí, sino la omisión de información en su propia carta y el trato recibido. Una experiencia para no repetir y que, sinceramente, espero que sirva de advertencia a otros clientes que valoren el trato digno, la transparencia y el respeto.

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