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13/10/2025: Excelente, un lugar muy bonito y muy bien cuidado

05/08/2025: El enclave es, sin duda, mágico. El entorno del Parque de la Marquesa es inmejorable para celebrar un evento especial, y eso fue lo que nos atrajo desde el primer momento. Aunque Isabel, la responsable del evento, estuvo disponible y atenta durante el día de la boda (algo que valoramos y agradecimos), nuestra experiencia con ella en el proceso previo ha sido, en general, extremadamente decepcionante. Desde el inicio, la relación se sintió más como una negociación a la defensiva que como una colaboración. En lugar de encontrar una actitud proactiva o de búsqueda de soluciones, nos encontramos con un enfoque rígido y poco empático: “estas son nuestras condiciones, y como ya habéis pagado, no hay margen para nada más”. Esa fue la sensación constante. Nos impusieron cargos adicionales por luz y limpieza por llevar un DJ externo, a pesar de que la propia Isabel nos reconoció que el personal de limpieza sería el mismo que para el resto del evento. Es decir, nos cobraron un servicio por duplicado. Además, nos exigieron el pago por derechos de autor del DJ, algo que, tras consultar con otros proveedores y locales de eventos, no es una práctica nada común. La respuesta que recibimos cuando planteamos nuestra sorpresa fue: “pues si queréis, os subimos los precios de los platos y no os cobramos los derechos”. Un comentario totalmente fuera de lugar y, desde luego, poco profesional. Este tipo de situaciones nos llevó incluso a consultar con abogados. Finalmente, decidimos no emprender acciones legales, no porque creyéramos que estaban en lo correcto, sino porque no queríamos enturbiar un día tan importante para nosotros con conflictos legales. Durante la organización, también tuvimos que lidiar con contradicciones en la información sobre las modalidades de pago. En la primera reunión, Isabel nos confirmó —éramos varios— que aceptaban varias opciones, pero más adelante negó haberlo dicho. Esto generó aún más desconfianza y sensación de inseguridad. En la prueba del menú, se olvidaron de que yo, la novia, no podía tomar queso. Uno de los platos tuvo que ser adaptado en el último momento, de forma apresurada y con un resultado claramente deficiente. No fue solo mi percepción; quienes estuvieron en la prueba también lo comentaron. A esto se sumaron errores en la facturación proforma, que tuvimos que revisar y corregir en varias ocasiones nosotros mismos, algo inadmisible considerando el importe del evento. En cuanto al servicio durante la boda, el cáterin fue, en general, bien valorado por los comensales (salvo por la carne, que para muchos estaba seca). El equipo de camareros fue correcto, pero el trato por parte de Isabel, una vez más, dejó mucho que desear: tanto hacia nosotros como hacia algunos invitados. Recibimos comentarios sobre su actitud distante y poco amable, y nos negó hacer fotos con los invitados después de la ceremonia con el argumento de que “corría el tiempo” (habíamos decorado el lugar con esa intención también). Incluso los fotógrafos, con amplia experiencia en este tipo de eventos, nos lo mencionaron como algo fuera de lo habitual. En resumen, este es el claro ejemplo de cómo una atención deficiente puede empañar el encanto de un lugar tan bonito como el Parque de la Marquesa. El entorno era ideal, pero la gestión dejó muchísimo que desear (y es posible que me olvide de algún detalle). Un evento tan especial debería estar acompañado de profesionalidad, mucha empatía y claridad, y en nuestro caso, lamentamos decir que no fue así. No le doy un 1/5 por el enclave mágico.