Los mejores restaurantes en Santurtzi
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Hoberena Jatetxea
Santurtzi
16/12/2024: Comida de 25 amigos de curro .cogimos el menu de 56 euritos y la gente quedo con hambre.las raciones eran de risa. la ensalada para cuatro era ridicula.
Las rabas como una racion de domingo para cuatro.
El pulpo bueno pero enano
Las kokotxas estaban buenas y el solomillo rico..pero si no fuera por el pan no hubbieramos comido.
Para ser un menu de 56 se esperaba mas de ese local. Muy mal .para no repetir mejor el menu del dia. Una lastima
20/11/2024: Acudimos 3 amigos a comer al Hoberena, local que disfruta de un amplio y luminoso comedor al cual le vendrían bien un par de toques en la decoración y en los materiales para hacerlo más agradable a la vista (sillas de plástico, un chocante color verde como penicilina en las paredes, algo así como sintasol en el suelo…) pero aún así da sensación de local limpio y espacioso.
Teníamos reserva previa y rapidamente nos acomodaron en una mesa. Tras consultar la carta nos inclinamos por pedir como entrantes revuelto de bacalao con cigalas y también una almejas de la ría de Muros. Nos ofrecieron fuera de carta revuelto de cantarelus y lo pedimos también. Nos “cantaron” los pescados que tenían ese día: merluza, mero, lubina, besugo, rey…. En principio nos decantamos por el besugo pero el camarero nos comentó que no tenía para 3. Entonces preguntamos por el rey y nos dijo que sí podía ofrecernos un rey para los tres. Para beber pedimos G22, un txakoli de la bodega de Gorka Izagirre (cayeron dos botellas en el transcurso de la comida).
Empezamos con el revuelto de cantarelus, buena ración y a la medida de lo que esperábamos. Seguimos con el revuelto de bacalao y cigalas, que está bueno (sin más) y en realidad es en su práctica totalidad un revuelto de bacalao con dos vistosas cabezas de cigalas que le dan una bonita presentación y 3 trozos de cigalas perdidos en la inmensidad del revuelto. Estaba rico, pero sería un plato obviable para otras ocasiones. Después aparecieron en la mesa las almejas de la ría de Muros, de un tamaño más que considerable, espectaculares, y que pedimos a la marinera. Estaban buenas, pero los tres convinimos en que no era lo que nosotros consideramos almeja fina. Finalmente, pasamos al rey. Un hermoso ejemplar para los tres servido con su refrito. Estaba bueno el pescado en cuestión. Después tomamos unos chupitos para rematar la faena.
Lo que había sido una comida que podríamos calificar de satisfactoria sin más, cambió de definición al pedir la cuenta. Tras ver el importe general nos pareció un tanto elevado. Analizamos los distintos conceptos a cobrar y vimos, con sorpresa, que solamente por el rey nos habían cobrado 206 euros (adjunto fotografía de la cuenta). En la columna de la cuenta en la que debía de aparecer el precio por kg del pescado en cuestión aparecía el importe total (206 euros) así que pensamos que tendría que haber un error y preguntamos al camarero por el precio del kg de rey. El empleado ignoraba dicho dato y llamó a la encargada quien, tras consultar nos dijo que el kg de rey lo cobraban a 128 euros kg (el pescado pesaba 1.600 gr así que los 206 euros se ajustaban a esa barbaridad de precio por kg). Nos pareció una evidente exageración (por no repetir aquí el término real que empleamos con la maitre) y estimábamos que tal vez no hubiese estado de más advertir de tan considerable precio a la hora de pedir la comanda. Para nuestro asombro la encargada nos comentó que, como vió que pedíamos “cosa buena” suponía que no tenía que indicarnos nada al respecto del precio. Respondimos que bien sabemos que el rey es hoy en día el pescado más caro del mercado pero que no anda en ese rango tan elevado de precio y que, aparte de las almejas, que ya vimos en la carta que tenían un precio importante (36 euros), tampoco entendíamos que un revuelto de setas (15 euros) y otro de bacalao con cigalas (20 euros) fuesen “cosa buena” y menos en un local especializado en mariscos. En fin tras un intercambio de opiniones ante el escandaloso precio del pescado, abonamos y nos fuimos del local (por supuesto, con idea de no volver).
Pero días después constatamos que el problema no estuvo sólo en que no nos avisasen del precio, sino en que el precio fue realmente desproporcionado con respecto a lo habitual en restaurantes de esta zona y de índole similar al Hoberena, y es que tan sólo una semana después de estar en el Hoberena, uno de los comensales acudió a un restaurante de la playa de La Arena, en Zierbena, un restaurante que antes estaba en el puerto de Zierbena y se ha trasladado a este nuevo emplazamiento y cuyo nombre prefiero no citar (los de la zona sabrán a cual me refiero). Al ofrecerle los pescados preguntó por el precio del rey y le contestaron que estaba a 95 euros el kg. Ni más ni menos que 33 euros de diferencia en el kilo en dos restaurantes de categoría muy similar y a 9 km de distancia uno del otro y ambos con producto fresco (en un ejemplar de 1,600 kg como fue el que nos sirvieron en el Hoberena, la diferencia sería de 54 euros de más en un pescado). No hay manera de justificar el importe del pescado. No hay manera de justificar que, manejando ese precio desorbitado, no se avise al comensal (a no ser que, precisamente se “juegue” con ello para asestar el puyazo final).
Es muy triste que ante situaciones como ésta, tengamos que recordar que la expresión “precio según mercado”, una práctica muy común y extendida en hostelería, está expresamente prohibida en nuestro ordenamiento según la Ley de Defensa de los Consumidores. Y lo cierto es que en mi extensa experiencia en restaurantes tan sólo dos veces en mi vida me he tenido que acordar de esta cuestión y, sin duda, una de ellas ha sido esta gravosísima situación vivida en el Hoberena. No creo que vuelva a este local y es que, sencillamente, no me gusta que me asalten.
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El Rincon De Ana
Santurtzi
10/07/2024: Exquisita comida, trato muy amable, las gambas eran muy frescas, y atención rápida. Lo recomiendo como sitio de comida regional
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Krunch Santurtzi
Santurtzi
29/03/2024: La comida está rica, es aceptable. Los encargados bien y majos. Lo que no me gusta es que hay que esperar mucho tiempo y tienes que ir a recogerlo tú. Yo recomiendo ir y volveré pero no muy frecuente mente.