Los mejores restaurantes en Asturias
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Barra Degustación
Oviedo
28/05/2025: Fuimos a tomar algo un grupo de amigos, estuvimos en la terraza. Dos de ellos hicimos el pago en la barra al pedir las consumiciones y le explicamos al camarero que salíamos a tomarlo a una mesa de la terraza y al resto les sirvieron directamente en la mesa de la terraza. A la hora de pagar entraron a pagar a los que les habían servido en la mesa (los que faltaban por pagar) y el camarero les cobró un cañón que ya estaba pagado con anterioridad. Entré para explicarle que se había equivocado, que ese cañón ya estaba pagado, que había un cañón y una caña que se pagaron directamente al pedirlo en la barra y le dije, acuérdate que te pagué con un billete de 10 euros y me devolviste 4,6 (para que recordase en el momento en que había sido pagado). El camarero en vez de pedir perdón y devolvernos el dinero decidió ponerse chulo, altivo y hablarnos de malas formas.
Es una pena que pierdan 10 clientes de la zona que solemos ir de forma habitual a tomar algo por un simple cañón. Sabemos lo que es la hostelería y trabajar de cara al público y tratamos de buenas formas hacerle entender que un error lo puede tener cualquiera pero aún así no quiso escucharnos.
Con la de bares que hay en Oviedo no hay por qué tener que aguantar este trato.
Desde luego que no volveremos y trataremos de no recomendárselo a nadie.
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Confitería Gersan
Laviana
15/01/2025: Como colofón a mí reseña anterior, la cual titulé ”Bartolos desabridos», escrbí: «En un rincón de mi alma llambiona albergo la esperanza de que Confitería Gersan se pueda redimir». En aquella ocasión no había bartolos de tamaño normal, así que nos tuvimos que conformar con unos pequeños e insípidos bartolos, que insultaron la memoria de Gersán Martínez, el creador del dulce insignia de Laviana.
Afortunadamente, tuvimos la oportunidad de visitar nuevamente está centenaria confitería y disfrutar de los bartolos originales y gustosos de toda la vida.
12/09/2024: Esta fue una sorpresa negativa, al frustrarse nuestras expectativas.
En reiteradas oportunidades habíamos disfrutado de los ricos bartolos de esta tradicional confitería —muy famosa en el alto Nalón—. Sin embargo, en esta ocasión no tenían de tamaño «normal», así que nos tuvimos que conformar con unos esmirriados y sobre todo insípidos bartolitos... absolutamente prescindibles. El sabor a almendras no estaba por ninguna parte. Y eso es inadmisible en una secular confitería (1912) y, para más inri, heredera directa del propietario original y creador, allá por 1929, de la tradicional tartaleta, Gersán Martínez.
En un rincón de mi alma llambiona albergo la esperanza de que Confitería Gersan se pueda redimir.