Descubre el mejor restaurante de cocina asador en Monzón de Campos

31/08/2025: La comida es buena y el personal, salvo la borde de la dueña, trabaja con gran profesionalidad. Pedí un entrecotte, dejando muy claro que lo quería bien hecho, sin el más mínimo resto sonrosado. A pesar de ello, me lo sirvieron casi crudo. Lo comenté con educación y me trajeron un pequeño recipiente metálico, muy fino, que apenas mantenía el calor y no servía realmente para cocinar la carne. El problema no fue solo ese: la guarnición (pimientos de padrón y patatas panadera) llegó completamente encharcada de sangre de la carne, algo que no tiene sentido cuando un cliente pide la carne bien hecha. Al transmitir mi queja de manera correcta, descubrí que quien me respondía era la dueña… y su reacción fue inaceptable. Con muy mala educación, en tono despectivo, me dijo que “para eso tendría que haber pedido un filete”. Una respuesta cargada de desprecio hacia un cliente que simplemente pidió lo que le gusta. Yo creo que cada persona tiene derecho a comer como quiera, y que el deber de un restaurante es atender al cliente con respeto y profesionalidad. No se puede imponer el gusto personal de la dueña a quien paga la cuenta. Esa soberbia e incapacidad de aceptar una crítica constructiva hacen que, por mi parte, no desee volver mientras esa persona esté al frente. Dicho esto, quiero destacar algo importante: las camareras fueron excelentes, en especial Carmen, que nos atendió con una sonrisa, amabilidad y gran profesionalidad en todo momento. Se notaba que ella y el resto del equipo hacen bien su trabajo y saben tratar al cliente. La comida tiene mucha calidad, el servicio del personal es muy bueno… pero la actitud de la dueña arruina la experiencia. Y eso, lamentablemente, pesa mucho más que cualquier buen plato.

16/08/2025: Hemos comido tres personas. Producto excelente, servido con cariño y cocinado con esmero. El servicio es muy cercano, quizás un poco amateur, pero, a veces se valora más una sonrisa que a un profesional más distante. En un día tan caluroso, hubiéramos agradecido un buen aire acondicionado, pero, la verdad, no era un problema real