Zascandil en Ciudad Rodrigo

Sitio con encanto, comida espectacular, calidad precio, volveremos seguro...

La comida fue excelente, asi como La atención y el entorno

Se nota el esfuerzo, trabajo e imaginación que se derrocha en el restaurante. Detalles de calidad y muy bien hacer. Y el personal, de fábula. Pero no te pueden faltar hasta tres platos de la carta un sábado al mediodia. Para jugar en la liga que quiere jugar, no. Deseando volver, comprobar que lo hacen mejor y darles las 5 estrellas que merecen.

Una comida realmente diferente y preparada con muchísimo amor. El servicio excelente. Cinco estrellas y diez puntos! Muy recomendable.

Siempre es bueno volver a los restaurante que dejan huella, ya sea por los sabores, por la innovación, por el ambiente o por todo lo Anterior. El Zascandil subió el nivel gastronómico de Ciudad Rodrigo cuando nació. Y creó polémica porque estaba más enfocado a los visitantes que a los locales, y eso siempre crea recelo. Resistir a todo esto es meritorio, digno de un mirobrigense, hijos de voraces defensores del invasor francés. Pues hecha la introducción, pasamos a la manduca, que es lo rico. La carta, que ya tiene una década, sigue estando espectacular. De aperitivos tomate aliñado y jamón. Ahí no se falla. El jamón lo sirven con pan, ajo, aceites de la zona y sales. Y el Tomate muy sabroso. Sabores buenísimos y ya clásicos. Y de principales carpaccio de pulpo, chuletón para dos y presa ibérica. Me gustó la presentación de las patatas en el chuletón, como si fuera una jenga. Y de sabores todo bueno. De postre pedimos panetone y tarde queso.Habia un par de postres que faltaban, y tuvimos menos opciones. La tarta de queso estaba seguro en la lista, y de segundo, por desconocimiento, repetimos con queso! El panetone es un pan de pueblo de Bodon (pueblo vecino) con más quesazo! Recomiendo para híper queseros.

Volvíamos de Portugal y decidimos parar en Ciudad Rodrigo, todo una sorpresa, absolutamente inesperada, lo cual lo hizo mas agradable la visita. Comida de elaboración cuidada con sabores muy bien traídos. Especial atención el tataki de cerdo en teriyaki y la ensalada de tomate local, espectacular! Los postres divertidos y de calidad! Sitio 100% recomendable!!!

Es una pena, estuvimos aquí hace 6 años y teníamos muchas ganas de volver como pareja. Apenas hablamos español pero alcanza para pedir comida. Pero cuando vinieron 4 españoles, los únicos invitados a nuestro lado, estábamos prácticamente agotados. Tuve que saludar a la señora de la cocina para que me trajera sal, y después de saludar implorante finalmente conseguí una copa de vino de la camarera. La única atención de la camarera fue instarnos a pedir postre incluso después de haber pedido un entrante y un plato principal. Tuve que decir varias veces que no queríamos decidir hasta después de cenar. Ella argumentó que sería desfavorable y entonces sólo tendríamos “frío”. Poco antes de que terminara, ella se paró nuevamente frente a la mesa y preguntó sobre el postre. Tuve que decir nuevamente que todavía estaba comiendo. Por supuesto que habíamos perdido las ganas de tomar un café o un postre. La comida en sí estaba bien, pero sentirse bien implica más.

He ido con mi pareja a gomer al zascandil, una experiencia para repetir. La comida estaba esoectacular, y el local cuidado hadta el ultimo detalle: las cartas, la decoracion, la musica… con un ambiente muy personal y muy intimo. La relacion calidad-precio excelente, las camareras muy simpaticas y muy atentas. Experiencia para repetir y para recomendar!!

Muy buena comida, gracias al cocinero. Todo lo demás no estuvo genial: camarera muy fría, dificultad para entendernos, no sabíamos cuáles eran los primeros ni los segundos, ninguna bebida de aperitivo... Afortunadamente llegaron los platos y estaban buenos.

La comida me gustó mucho, el ambiente y el camarero fueron muy agradables y ya llegando al postre, la tarta de queso fue sublime.