Xocolata Jolonch en Agramunt

Espacio perfecto para degustar un buen chocolate

Tienda y chocolatería de la fábrica, variedad de chocolates.

Espacio amplio y buen chocolate

Paramos para ver el local, y aprovechamos para probar el chocolate 90% con fartones y el helado davellano, las dos cosas buenísimas. También pudimos visitar la fábrica de chocolate, el señor que se cuida amabilísimo vale mucho la pena visitarlo.

Un local muy bonito que logra combinar la tradición con la funcionalidad moderna de cualquier local. Algo concurrido ya ratos ruidoso. El Chocolate (sí, en mayúsculas) es el mejor que he probado

Parada obligatoria!!! El paraíso... Un buen rastro de Chocolate negro y unos curros o fartones. Eso sí, vaya con paciencia.

Buen sitio, bien de precio. Lo único que fuimos muy tarde y los xurros no eran recién hechos y el croisant no valía nada. El chocolate al 35% si me gustó.

Buen chocolate a la taza, pero los churros que tienen para mi gusto, no están a la altura de este sitio. Sitio tranquilo

Establecimiento agradable. Tiene espacio interior con mesas y también terraza exterior, ambos con bastante capacidad y bien acondicionados. Personal agradable y amable. Lavabos limpios. Dispone de tienda para comprar multitud de chocolates de distintos gustos.

Bueno, esto era menos una tienda y más un templo: ¡un templo al noble arte del chocolate! Si, como yo, crees que el cacao no es solo un grano, sino una vocación divina, entonces quizás quieras prepararte emocionalmente antes de entrar. Porque aquí no encuentras mediocridad producida en masa, sino alquimia fresca y casera. Un helado tan aterciopelado que casi se disculpaba al derretirse en mi lengua. Un chocolate caliente tan rico, tan decadente, que susurraba dulces palabras a mi alma. ¡Y cuánta compañía atrae! Un refugio para amigos y familiares, donde las risas rebotan en las paredes como cumplidos bien lanzados. No es solo una chocolatería: es un cálido abrazo envuelto en cacao, servido con una sonrisa cómplice y quizás una cuchara. Lleva a alguien. Lleva a seis. Lleva a tu yo de la infancia; te lo agradecerá efusivamente.