Xiringuito Tottanua en Arenys de Mar

Buena sartén y ambiente agradable. Un lugar recomendable para ir a comer o tomar una copa.

Genial para tomar un tentempié en la playa, pero tuvimos un camarero que no supo distinguir qué platos venían primero y cuáles después.

La Guinguetta Totta Nua es mi favorita de Arenys de Mar a cualquier hora del día. Siempre con propuestas interesantes como música en vivo y yoga entre otras muchas. La comida es excelente y las personas que trabajan en ella son humanas, con quienes puedes hacer amistad.

Como siempre genial, da igual a la hora que vayas , si vas después de andar a desayunar o después de estar en la playa para el vermout y ya te quedas a hacer el arrocito o por la noche ,es nuestro xiri preferido!!! El ambiente es distendido, con buena comida , la deco muy auténtica.Además si vas una noche y tienen música en directo se crea un ambiente de alegría donde puedes soltar adrenalina, casi es imposible quedarse quieto.

Hice una parada durante mi viaje y me encontré con este pequeño bar. ¡La ensalada de queso de cabra estaba increíble, seguida de una paella de espaguetis! El personal es amable y servicial, y el sol y el mar lo convierten en la parada perfecta.

Beber en la playa; muy agradable

Tottanua tiene una situación privilegiada y la comida está bien pero los que parecen los dueños no pueden ser más desagradables, que mal tratan a sus camareros!! Continuamente alzandoles la voz. Esa no es forma de tratar al personal, necesitan aprender a gestionar su estrés ya que hacen que el ambiente sea incómodo.

Este Xiringuito es siempre una apuesta segura! La comida excelente y nos hacen sentir como en casa! Las 5⭐️ son para Olga y Jordi que son encantadores y super profesionales! Gracias por todo😘❤️

No puedo entender las malas críticas a este xiringuito, las últimas de ellas quejándose de que los camareros no sonreían (?), que casi me hacen desistir de comer aquí. Por fortuna me arriesgué a reservar para comer 4 personas un viernes de agosto y fue un acierto absoluto. El lugar es paradisiaco, al borde de una preciosa playa nada masificada, con un gran aparcamiento al lado y en un local encantador. Uno de esos camareros que "no sonreían" nos recibió a la entrada obsequiándonos con una copa de vino blanco y todos los demás empleados fueron muy agradables y simpáticos durante toda la velada. La comida nos resultó inmejorable con el añadido de no tener que esperar nada entre plato y plato. Mención especial a las ostras, las sardinas y las coquinas pero el plato fuerte que fue la paella de marisco resultó apabullante, riquísima y tan abundante que tuvimos que llevarnos la mitad en unos recipientes de plástico que amablemente nos ofreció otro de esos camareros "que no sonríen". Admito que mi opinión puede parecer excesivamente positiva pero es que a mí y a mis acompañantes nos pareció una comida inolvidable por lo que me resultan muy mosqueantes esas opiniones tan negativas con argumentos absurdos que hacen perder el valor orientativo a Trypadvisor.

Un lugar precioso, nos sorprendieron invitándonos a una copa de vino antes de entrar, pero las sorpresas siguieron al entrar: comida impresionante (ostras, coquinas, sardinas y paella de marisco brutal), atención sobresaliente y lugar encantador. Para repetir mil veces