Txulotxo en Pasaia

Un Restaurante típico de Pasajes San Juan, con platos bien elaborados y abundantes. Pescado riquísimo y postres deliciosos. Tiene unas vistas a la bocana del puerto de primera línea. El servicio impecable. Sin duda es para volver. Recomiendo aparcar en el otro lado y pasar en barca (1,85€)

Fuimos sin reserva y nos atendieron súper bien, seguramente, la mejor chuleta que hemos comido, todo genial

Buenas vistas y trato correcto. Fuimos a cenar y pedimos micuit, ensalada de langostinos y esparragos a la brasa con jamon. La ensalada de langostinos es lechuga con 4 langostinos, no merece la pena. Los esparragos muy buenos. Repetiremos!

Excelente la comida y el servicio

Comida muy buena y los camareros muy atentos sin agobiarte

Imprescindible en Pasaia! Sobre la ría y con el mejor pescado y marisco a la brasa!

Sitio espectacular, comida y servicio excelentes. Muy buena relación calidad/precio Seguro que volveremos a repetir

Aunque en el horario de comidas resultan muy atractivas sus vistas atravez de sus ventanales hacia la entrada del puerto de pasajes, he de decir que por las noches resulta un sitio muy acojedor y elegante, podria decirce que hasta íntimo y romantico. En esta ocasión provee un par ostras Amélie de MARENNES-OLÉRON (FRANCIA) esquisitas con el sabor a mar tan sutil que les caracteriza. Continúe con unas navajas gallegas muy carnosas, abiertas a la brasa de carbón que potenciaba y daba sabores increíbles de auhumado. Algo que se agradece por que a pesar de ser un pueblo pesquero y con mucha oferta gastronómica, me aventuró a decir que es el único con parrilla o carbón después de la Kantina Alaberzo que solo abre en verano para hacer sardinas a la brasa y raciones. En esta ocasión no pedí txuleta, pero está de más decir que una buena txuleta de vaca (que confirmo que la tienen) y un buen rodaballo o besugo (que también lo tienen) a la parrilla es una locura para culminar tu paseo por este pueblo con encanto. El servicio fue muy atento y encantador. Tanto el camarero tomas como maria José la encargada de sala son muy atentos y profesionales pero no pesados. Te hacen sentir en un sitio especial y no como en casa, por qué para sentirme como en casa me quedo en casa y ni especial ni nada, tan normal.

Elegí este restaurante por intuición y por algunas opiniones, y no me equivoqué. Probamos la ensalada de langostinos (deliciosa), el rodaballo para 2 (muy bien elaborado) y la tarta de la casa (muy fina). Pedimos agua para beber. Todo por unos 44€ por persona. El trato fue muy amable. Para repetir.

Comida de grupo improvisada, con varios entrantes (muy buenas las gambas al ajillo) y luego varios platos. A destacar la sopa de pescado, el solomillo, la merluza rellena de txangurro y el rape con almejas....nos ha sorprendido a todos la gran calidad!! Volveremos!