Tomeu restaurante en Pamplona

Un sitio sorprendente tanto por la calidad del servicio como de la comida. De la más alta calidad. La atención especialmente buena por parte de la responsable agurtxane, ha tenido un detalle que no muchos responsables habrían tenido. Volveremos

Excelente comida de calidad echa como es debido , trato familiar , aconsejable para cualquier evento a celebrar siempre bien , nunca fallan

Vaya acierto de sitio! Materia prima de buenísima calidad y buena relación calidad-precio. Salimos a unos 40€/persona

Impresionante lugar, servicio de 10, comida increíble. La pata de pulpo es una pasada, aunque todo lo que hemos probado nos ha encantado, super recomendable!!!!

El pulpo, el bacalao y el entrecot muy buenos. La ensalada de espinacas bastante pobre y la torrija bastante mala.

Nos habían hablado muy bien del restaurante hoy hemos estado. Igual es que no hemos acertado al pedir pero no nos ha gustado mucho. Hemos echado en falta en la carta algún plato de cuchara o mejor, de invierno, demasiadas ensaladas. Los berberechos estaban bien pero tenían demasiado limón. El bacalao, unos bocados salados otros no, los chipirones correctos, sin más. En el comedor hacía frío, se notaba cada vez que habrían la puerta. El servicio muy bien y muy amables.

Asador restaurante familiar y pequeño en el barrio de Iturrama cerca de la casa de misericordia. Con una relacion calidad precio muy razonable comparandolo con las clavadas que están asestando últimamente en Pamplona por comer un chuleton. Precisamente el chuleton es mi primera recomendación a ojos cerrados. No sólo por su excelente calidad, ejecución y presentación. Es que por menos de 50 euros el kilo te incluyen una botella de vino decente y la ensalada!! La pata de pulpo a la brasa es un clásico disfruton, comentado e imprescindible allí. Pescados a la brasa y todo lo que tenga que ver con el bacalao lo bordan. No acertamos nosotros pidiendo los chipirones a la brasa y las sardinas ahumadas (si no, le hubiera puntuado con un 5 en la comida). Pero el chuleton y el pulpo nos alegraron el día. La dueña del asador te atiende en la mesa haciéndote sentir desde la primera vez como si fueras de la familia y recomienda muy bien. Su marido es el otro dueño y además es el artista de la brasa y la cocina. Por cierto postres caseros recomendables para terminar: pantxineta, canutillos, etc. Qué agradable la sensación familiar en un rincón pequeño y comiendo tan bien!!!

Acabamos de comer ahora mismo.Impresionante.Calidad precio inmejorable.Volveremos. Y hemos vuelto.Sigue teniendo calidad inmejorable

Muy agusto todo muy rico, para repetir, con ganas de probar el rodaballo para otra vez.

Bar de barrio reconvertido en restaurante. Producto bueno pero excesivamente caro, no corresponde a los precios comer con mantel y servilleta de papel.