Fuimos a comprobar la transición en Timón Bar de Viños e Comestibles del gran Jose M Jordan al gran Daniel Carballeira Garrido y su socio cocinero Iván y la verdad es que quedamos encantados.
Mantienen la excelente línea anterior dándole su lógico puntito diferenciador pero todo estaba muy rico y muy bien cocinado: Además con opciones de medias raciones que te permite probar un montón de cosas.
-Gildas.
-Salmon Gravalax.
-Almejas en salsa.
-Bacalao con verduritas y Pil-Pil.
-Callos espectaculares, sin garbanzos, pero hay la opción con ellos.
-Tabla de quesos
-Limón, yogur, frambuesa.
-El imprescindible Brownie de chocolate con helado de chocolate.
Totalmente recomendable.
Carlos García Parga
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13 Octubre 2024
10,0
Con la nueva y joven dirección, continúa siendo una de las referencias gastronómicas ferrolanas, recogiendo el testigo con solvencia, lo que tomo como un homenaje al anterior propietario, un artesano de la cocina con gusto y creatividad, además de una persona abierta, comunicativa y de fácil trato. El local sigue con la decoración singular que lo ha hecho único, con profusos motivos, marineros o no, pleno de puntos de iluminación indirecta, que permite ver sin que los ojos sufran molestia alguna. Nos trajeron unas ricas olivas con una maceración encomiable, a la par que el cava solicitado, un Torelló Brut Nature, el acertado 2A 19/20, un Corpinnat que hace referencia en su etiqueta a las dos añadas que lo componen, con las tríada tradicional de Xarel-lo, Parellada y Macabeo, y un mínimo de 36 meses en rima. En los dos últimos años se ha postulado como uno de mis favoritos, por las virtudes resultantes de lo anteriormente apuntado.
Una <ensalada de tomate de mi madre>, con piperras, detalle de la casa, contribuyó a acortar la espera de las verduras asadas ( con vinagreta de tomate seco ) que pedimos, que dejaban un peculiar bouquet inherente a su elaboración, entre las que, aparte de los pimientos, sobresalían los tomates Table's Queen, también deliciosos y todo un conjunto muy equilibrado.
Continuamos con unas zamburiñas ( vieiras miúdas) con muselina de ajo, carnosas y en línea con lo que esperábamos. Un acierto, por más que sea una petición recurrente, en este, supongo, y en otros establecimientos dedicados a la restauración, en los que se cuelan a veces unas menos afortunadas volandeiras.
Cerramos con una pluma ibérica - con chimichurri - poco hecha y muy jugosa, lo que ya el corte adelantaba. El postre fue espectacular, con, voy a ser literal, <iogur, limonie, froitos vermellos y chiculate blanco>, un acierto en toda la extensión del término, hasta para un no-adicto al dulce como es mi caso. Resumiendo : la calificación es explícita.
Correctas explicaciones sobre lo servido, reposición de hielo en la champanera cuando se demandaba...y un ambiente muy acogedor alejado del ruido que en otros locales impide tener una conversación en un volumen normal, sin forzar inútil y desagradablemente las cuerdas vocales. Dos tabletas de chocolate, con un porcentaje de cacao del 64% remataron la más que satisfactoria cena.
Recomiendo pocas cosas porque entre las especialidades que aparecen en la ficha/carta del local aparece preferentemente la oferta de la etapa anterior del restaurante. De hecho, la presencia del Gramona Imperial, respondía a una petición expresa mía, fuera de carta.
José Manuel Mosquera
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06 Octubre 2024
10,0