Tigre Morado en Sant Josep de sa Talaia

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️ 5/5 Tigre Morado Ibiza Beach Bar & Restaurant Un lugar precioso y relajante en primera línea de playa. Las camas son preciosas y cómodas, perfectas para pasar el día junto al mar. El agua es poco profunda, cristalina, ideal para nadar o hacer snorkel, y el ambiente es muy tranquilo y relajado. La música es tranquila y no agobiante, creando un ambiente playero perfecto. La comida y las bebidas se sirven directamente en la cama, y ​​ambas estaban realmente buenas: frescas, sabrosas y bien presentadas. En resumen, un lugar encantador para desconectar: ​​excelente servicio, un entorno precioso y la combinación perfecta de comodidad y encanto ibicenco. Sin duda, volvería.

Descubrimos esta pequeña playa "Beach Club" gracias a un amigo durante nuestra estancia en Ibiza. El lugar es muy bonito y acogedor, al menos en septiembre, porque en temporada alta debe estar mucho más concurrido. Por supuesto, es necesario reservar para conseguir un sitio bajo la sombrilla y tumbarse en una tumbona. En temporada alta, se cobra una tarifa de 10 euros por la tumbona + 60 euros que se pueden usar para comer y beber. En septiembre, aunque teníamos reserva, solo tuvimos que pagar por el sol. Hablemos de la playa. Desde luego, no es de las más bonitas de la isla, pero se siente bien. El tiempo era perfecto para un día precioso. Al lado hay una playa gratuita, como muchas en España. Pero hablemos de la comida. Aprovechamos para comer allí y fue todo un descubrimiento, con mucha calidad. Los platos estaban bien preparados, con el sazón perfecto y apetitosos. Estuvimos con un amigo dueño de un restaurante, que nos dio muy buenas recomendaciones. Una mesa encantadora en la terraza. Comimos: Pan con alioli Edamame Mezcla de pescado Entre setas Papas Huancaínas Pulpa de Anticullego Ensalada tigre Vino Brut Marqués de Cáceres El servicio fue amable y rápido. Los precios están dentro de lo habitual en la isla. Sin duda volveremos a comer allí, ya que está cerca de nuestro hotel, L'Amàre Beach.

Es un gran lugar... buen servicio, buena comida, precio razonable... Volveré seguro.

Es la tercera vez que visito este restaurante de playa en los últimos años y siempre es consistentemente bueno, con sushi fresco de excelente relación calidad-precio y un bistec jugoso y sabroso.

Q pena q ni nos dejó probar vino caro, ni palabra como estaba, ni preguntas Por la comida solo quitar platos de mala manera, la camarera de tatuajes ( no nos importa)fatal!! Comida es buena, pero por su precio debería estar mejor educada!! Ni deje bote por eso( q lo hago siempre) Espero mejor tratamiento… somos residentes de 45 años y no Lo acepto .. espero año q viene no vuelva.!

Muy buena comida y hermosa vista.

Hemos vuelto dos veces... al principio, impulsados ​​(gracias) por la mala educación del restaurante vecino. ¡La paella era excepcional, y el personal también! ¡La ubicación es muy, muy buena! ¡Muy recomendable!

La bahía es preciosa, pero muy pequeña y, por lo tanto, abarrotada. Por desgracia, había gente tumbada en la arena frente a nosotros, con la música a todo volumen. No pudimos evitarlo; la playa es pública. El servicio fue amable y la comida, buena. Comparado con otros clubes de playa, no es tan caro, pero tampoco tan "lujoso".

Tigre Morado es uno de esos restaurantes que sorprenden por su mezcla: cocina con raíces peruanas y fusión mediterránea, en un ambiente moderno y relajado frente al mar. Los ceviches, tiraditos y anticuchos son de otro nivel, frescos y llenos de sabor, pero también hay opciones más mediterráneas que encajan perfecto. El local está cuidado al detalle: decoración colorida, música agradable y un servicio cercano que hace que te sientas cómodo desde el primer momento. Es un sitio ideal tanto para una cena en pareja como para ir con amigos y alargar la noche entre cócteles (que son un espectáculo por sí solos). La anécdota: muchos dicen que llegan “solo a cenar” y terminan quedándose horas, atrapados por el ambiente y la energía del lugar. No es el sitio más barato de Ibiza, pero la experiencia lo vale: comida de calidad, trato impecable y un entorno que mezcla fiesta y calma en la medida justa.

Solo un buen restaurante, nada del otro mundo. Aunque es un lugar precioso para ver la puesta de sol.