Tiemar - Isidro López en Jerez de la Frontera

En Jerez late un sueño en despedida, la croqueta de Tiemar, gloria pura, kimuchi la perfuma en su armadura y un lomo cinco jotas la encendida. Licor de pan y leche hecha bebida, su centro es mar de crema que asegura que al cerrar ojos, alma se apresura a hacer de lo mundano eterna vida. Ya cambia el rumbo el templo culinario, mas queda en nuestra boca su memoria: un bocado sencillo y legendario. Así, en dorada miga se hace historia: Tiemar se va, pero su breve relicario será en la croqueta líquida su gloria.

Me ha encantado,platos originales y riquísimos con mezcla de sabores que además si te sientas en la barra puedes ver su preparación en directo. Los postres tb muy ricos.La carta es corta pero creo que la van cambiando. Precio ajustado y el servicio muy bueno.

Buen sitio para comer en Jerez. Nunca defrauda.

Espectacular experiecia. El trato por parte de todo el personal fue de 10, nos gusto mucho comer y ver como cocinaban. Respecto a la comida.. fue magnifica nos gusto todo lo que pedimos y no podria decir uno que sobresaliera porque todos eran de 10!! Repetiremos sin duda para seguir probando vuestra cocina que nos ha encantado.

Tiemar es uno de esos lugares que dejan huella. Si eres amante de la gastronomía, te gusta que te sorprendan con combinaciones atrevidas de sabores, tanto en platos como en bebidas, este es tu sitio. Ademas la atencion de los chicos es impecable y super amable. Un 10.

Me ha parecido espectacular. Ambiente, servicio y sobretodo comida de diez.

Quinta vez que vamos a Tiemar, quinta vez que nos sorprenden con una carta nueva, quinta vez que Isidro López se pasa el juego como sólo él sabe con sabores inimaginables. Todo acompañado por un equipo increíble donde cuidan hasta el último detalle para una experiencia sencillamente perfecta.

Una delicia para el paladar. Es imposible poder describir algo tan majestuoso para los sentidos…

Alto nivel culinario que deja un exquisito sabor de boca. Lo único es que los platos/racion son comedidos, pero se entiende por su elaboración y gran sabor que a nadie deja indiferente.

Mi marido y yo solemos ir un par de veces al año. Normalmente como cena de aniversario. Es un restaurante que nos encanta, y el trato de cocineros y camareros es espectacular. Isidro, el dueño y uno de los chefs, es encantador, y su forma de cocinar mientras te hace el batch cookin y la explicación, es una de las mejores formas de enseñarte a comer su plato. Los postres, siempre caen!!