Tapaspaña en Madrid

Hola somos de El Salvador CA y nos gustó mucho la atención y los platos los recomendaré con mis amigos que viajan

Nos recomendaron muy buenos platos para conocer el menu ya que nosotros somos del extranjero y nos llevamos una experiencia grandiosa en nuestro paladar

Muy agradable,muy amable el mozo, todo riquísimo y el ambiente fresco!!

Comida exquisita, trato excelente por parte de Antony y un ambiente muy agradable.

Una de las razones por las que he estado viniendo aquí, aparte de la buena comida y el servicio, es por el nombre Arturo Sánchez. - Soy descendiente de los colonos originales de St. Augustine, Florida. --- José Simeón Sánchez (mi tatarabuelo) nació en 1797 en St. Augustine, Florida. Sus padres fueron Francisco Xavier Sánchez y María del Carmen Hill. En el momento de su nacimiento, y durante su juventud, la vida familiar y el escenario público estaban preparados para equiparlo con el conocimiento y la experiencia que darían como resultado una carrera que lo ubica como uno de los hijos nativos más prominentes del Territorio de Florida y los días de la Estadidad. Las responsabilidades recaían sobre sus hombros desde el principio después de que su padre falleciera en 1808, dejando su gran patrimonio a sus numerosos hijos. Durante su juventud, José Simeón sirvió en las fuerzas españolas en Amelia Island y después de 1821 en la Milicia del Territorio de Florida. En 1829 fue ascendido al rango de teniente coronel. En 1827, se convirtió en alguacil del condado de St. Johns y se desempeñó como alguacil del este de Florida, juez de paz, abogado, recaudador de impuestos, administrador de diversas propiedades y alcalde de San Agustín en 1847. Durante todo el tiempo que ejerció su carrera pública, también se dedicó a sus propios asuntos y a los de sus familiares. Durante muchos años participó en largos y tediosos procedimientos ante las comisiones de reclamaciones de tierras, establecidas por los Estados Unidos para determinar la propiedad de las tierras en disputa. José Simeón Sánchez falleció en septiembre de 1853 en San Agustín. Su muerte puso fin a una de las carreras más notables de un nativo de esta ciudad.

Este fue nuestro primer restaurante en Madrid. Está justo al lado de Plaza España, en la Gran Vía. Es un lugar muy accesible y visible. Era muy turístico, pero conservaba el encanto español. Había Menú del Día, pero no estaba disponible cuando fuimos a las 12:30. Era demasiado temprano. Sin embargo, nos quedamos porque teníamos hambre. El servicio fue rápido, pero con cara seria, sin sonrisas. La comida estaba buena, pero no era memorable. El precio era un poco elevado debido a la popularidad de la ubicación; era de esperar. Ideal para algo rápido con buenas vistas, si te sientas junto a la ventana.

Excelente comida y atención buena calidad recomendado 100%

Los camareros muy agradables. Gracias

Desde hace casi 6 años he venido a este lugar, la comida,las tapas excelente y lo mejor el servicio 10/10 super amables todos, Recomendado.

La paella es la mejor de Madrid aunque la que me dieron hoy no estaba tan buena como la que siempre me como cuando vengo con gente. La atención y el servicio inigualables!