Taberna Chipi en Sant Carles de la Ràpita

Solo tome un vermut casero muy bueno.

Sin buscar un sitio específico al pasar por esta taverna nos llamó la atención, tanto la estética como lo que ofertaban: tapas caseras. Sin muchos más rodeos, fuimos allí a cenar. Taberna muy pequeñita pero acogedora, decoración auténtica, servicio amable y cercano. El lugar te trasmite buenas vibras y apetece quedarse allí. Climatización bastante buena, he de decir. El lugar en sí está es digno de visitar: típica taberna de las de antes, con mucho encanto estético por sus infinitos detalles los cuales te invitan a observarlos con curiosidad: repleto de fotografías y recuerdos del pasado. La cocina: muy buena. Todo casero. Nos aconsejaron las albóndigas y ciertamente estaban ricas. Como comida saludable en sí, es casi inexistente, pero la sepia está bastante bien. Raciones abundantes que no pudimos terminar. Sobre la higiene poco puedo decir, aunque se intuye, dentro de lo recargado del sitio, bastante limpio. Las mesas: impolutas, pero creo que la nuestra estaba algo coja…