SUA SAN en Bilbao

Tiene días mejores que otros. Es un bar que frecuento pero el día a día es muy desigual. No se si es que tiene una cocina pequeña, o poco personal en la cocina, pero hay veces que pides un bocadillo de jamón recién hecho -porque los de la barra están con el pan ya bastante seco por llevar expuestos varias horas-, y fenomenal, un pan crujiente y a buena temperatura con un jamón muy jugoso; por contra hay días que aparentemente con el mismo número de personal circulando por la cafetería pides el mismo bocadillo y 45 minutos después se justifican diciendo que tienen una cena numerosa encargada, a pesar de estar allí yo desde las 18,30, o lo mismo te dicen que no te lo pueden preparar por dar prioridad a la organización de cenas... Otro plato que parece que también les trastorna en la cocina es una ración de patatas fritas con salsas: es habitual que te digan que no les quedan patatas porque tienen una cena, y si te las sirven no estas siempre igual, a veces escasamente escurridas. Hablamos de patatas fritas de cocina, que con una freidora se resuelven en un plis plas pero les debe de dar una guerra de cuidado; por otro lado si eliges la terraza para tomar algo y hace frío, esta bien si las estufas están en marcha, porque es frecuente que te digan que no tienen gas... Es cierto que el trato es muy amable pero cuesta admitir algunas cosas que ya las tienen como normales...

Fuimos la cuadrilla a comer, habíamos reservado con un mes de antelación un menú cerrado de navidad, habiéndoles así avisado 1 semana antes del plato principal a elegir cada uno. Los entrantes bastante escasos, y un caos con los platos principales, sobretodo con el punto de la carne, no dieron una. Ni hablar de la pularda, que más que un plato principal parecía un plato degustación. Muy escaso. Para rematar, en el menú concertado hacía 1 mes, había 3 postres, y casualidad este día los postres ya no eran los mismos, los habían cambiado sin avisarnos. Por último, la sorpresa llega con la cuenta. En el menú estaba incluido vino, agua y refrescos. Nos cobraron las botellas de vino a parte. Lo reclamamos y tras insistir nos lo devolvieron, pero si cuela, cuela. No volveremos ni recomendaremos.

He ido a comer por primera vez en este restaurante; aunque me lo habían recomendado nunca me había animado a ir, y la verdad la experiencia ha sido muuuy BUENA. Desde que entramos nos ha recibido un chico muy amable que nos ha asignado inmediatamente una mesa, nos recomendó unos platos que estuvieron Exquisitos, que junto con el vino y la buena atención de este camarero hicieron que nos dieran ganas de volver cada vez que podamos. Gracias a “Daniel” (creo que así se llama quien nos atendió, que es venezolano), por su atención y por sus recomendaciones, y ya que uno de nosotros también es venezolano, por su buen rollo y sus comentarios muy acertados de su país (que al ser 24 de diciembre) trajeron tantos bonitos recuerdos a nuestro amigo venezolano que tiene muchos años lejos de su país. En Fin, un restaurante que nos sorprendió desde que entramos hasta que salimos, así que es 100% recomendado… Nosotros volveremos!. Pd.: Si pedís de postre una tarta que hay de a limón con chocolate blanco, vais a flipar, riquísima.

Tienen variedad para cenar . El el menú lo veo caro

Estuve comiendo con mi familia, pedí el Menú por 21€, todo los productos estaban exquisitos, el servicio de sala fue el correcto y la experiencia fue muy buena. Repetiremos

Me gusta mucho ese bar es muy cómodo y tiene buena terraza con toldos y buena calefacción buena barra. Óscar y Dani y todos los que trabajan están muy pendientes de la gente que está en la terraza y siempre tienen algún detalle.

A escasos metros del museo Guggenheim nos encontramos con un restaurante que bien podría ser una auténtica turistada tanto por ubicación como por disponer de un menú fijo todos los días, el cual además está sólo en español y en inglés. Pese a esto, reservamos y fuimos por sus buenas recomendaciones. Tomamos el menú del día compuesto por dos platos y postre por 21€, y la verdad, tiene una buena relación calidad - precio. Lo peor del restaurante es, sin duda alguna, el frio que hace en la sala, y aunque lo digas al servicio, no hacen nada. Con todo, no descarto volver en un futuro.

Grupo de 14 personas, compañeros de trabajo. Cada uno con nuestras rarezas o gustos culinarios y todo sin problema. De nuestra mesa se encargo Óscar. Un chico super atento, cercano y un gran profesional que nos alegró la comida. Para repetir, sin duda alguna.

Excelente ubicación del desayuno a solo 200 m de la entrada al Guggenheim. Muy amable bienvenida del personal y 4 de nosotros tuvimos delicioso desayuno tortillas y café con leche por 18 euros - increíblemente buena relación calidad-precio. Muy recomendable para una parada en ruta hacia o desde el Guggenheim.

Restaurante recomendable para ir a comer. el servicio es rápido y el menú del día variado, muy completo y bien de precio. Interesante