Silabario en Vigo

Fuimos a tomar el menú RAÍCES y es totalmente recomendable para tener una idea de la visión que tienen de la gastronomía. La calidad y el respeto al producto, el cuidado en las elaboraciones, la fusión de sabores y la presentación son una maravilla. Poder ver cómo cocinan es igual de bonito que las vistas que tiene el restaurante. El personal de sala es muy profesional, a la vez que agradable y atento. Que Alberto G. Prelcic salga de cocina a presentarte sus platos, a contarte el proceso de cocinado y la mejor manera de degustarlos para apreciar todos los matices es la guinda a una experiencia fantástica. No sacamos fotos de los platos porque las imágenes, por muy bonitas que sean, no transmiten lo bueno que está todo.

La experiencia fue muy buena, probé el menú Berbés y cada plato estuvo impecable y las presentaciones cuidadas. La atención de las tres chicas fue sobresaliente, muy cálidas y amigables en el trato y con un gran conocimiento tanto de la comida como de los vinos que servían. Se nota la pasión y el profesionalismo en cada detalle. Sin dudas volveré para probar alguno de los menús degustación.

Restaurante con una estrella michelín. Tiene un menú del día y varios menús de degustación además de carta. Cogimos el menú Raíces con maridaje y todo espectacular. El personal muy amable y buena explicación de platos y vinos

Una experiencia maravillosa. La atención del personal fue exquisita y el menú, delicioso y explicado con todo detalle por el chef, estuvo delicioso. El lugar y el ambiente son muy acogedores. Merece totalmente la pena.

Tomamos el menú Berbés. La comida muy buena. Como puntos negativos: a la hora de la atención tuvimos que esperar bastante y me pareció desorbitado el precio del vino: 9 euros cada copa por un vino normalito…

Cenamos solos sin reserva. Pedimos el menú de 40 €. Una excelente relación calidad-precio para un restaurante con 1 estrella Michelin. Muy recomendable. Aclaración para el restaurante: por favor, añadan menús físicos en lugar de códigos QR o por teléfono. No den más excusas a la gente para sacar el móvil en una experiencia gastronómica de lujo.

Experiencia muy positiva. Las vistas desde el restaurante son espectaculares con la ría de Vigo de fondo. El trato y amabilidad del personal y el Chef son magníficas. El menú degustación que elegimos (Raíces) estaba muy rico.

Pedimos el menú Tempo. Cuidan mucho el producto en todos sus platos y se nota. Un producto muy fresco y en su punto perfecto. Nos sorprendió el aperitivo de bacalao y el pescado de roca, que en nuestro caso fue sargo y el postre de melocotón. Lo que nos pareció un poco excesivo es el precio de los cafés. La atención muy buena y quizás la música un poco alta. Un poco desconcertante es el que, es una 6ª planta en la que llegas en el ascensor a una especie de pequeño recibidor que hace de armario en la que, hay una puerta corredera que pasa desapercibida y, o la abres y entras directamente al restaurante o esperas a que te vengan a recibir. Nosotros entramos directamente porque no hay nada ni nadie que te indique qué hacer al salir del ascensor. No nos gustó eso.

Cena degustación con mi pareja en un entorno precioso con vistas a la ría...destacar el trato del personal,con especial atención a una chica joven q era muy profesional sabiendo contestar cada pregunta que hacíamos de la elaboración de cada plato.la comida toda correcta y en su punto! Destacaría el gallo de mos...un fondo espectacular y una pasta rellena exquisita!!mi particular gratitud a quien la hizo...estaba de "llorar".otro salientable el lenguado...emplatado en mesa por alberto...riquísimo!en resumen...enhorabuena a todo ese equipo q hizo q nuestra experiencia fuese genial! A ver si cuando volvamos vais por la segunda estrella!!

Pedimos el menú Tempo y me encontré unos platos otoñales en plena primavera. Todos tenían castaña, puré de castaña, reducción de castaña y trufa en casi todos los platos. No entendí bien el porqué. Por otro lado, a mi, me gusta probar todo por separado antes de mezclar sabores y sinceramente todas las reducciones y cremas estaban de aprobado justito. La reducción de castaña de la panceta tenía un sabor olvidable, la del ciervo saladísima ( y por cierto, el ciervo super seco por lo que fue un plato difícil de comer) y tanto la crema de la vieira como la de bacalao, estaban ricas pero las encontré super pesadas. Otro detalle que no me gustó nada, es más, me pareció hasta mal, fue que te quisieran endiñar los quesos sin avisarte que pagarías 32€ a mayores, que no es ninguna broma. Quesos que te ofrecen al llegar, antes de pedir la bebida, con presión y quesos que además no eran necesarios ya que te los sirven ante del postre y en nuestro caso, estábamos a reventar. Pedimos porfavor mucho antes de acabar con los principales que si podíamos cancelar los quesos que ya estábamos llenísimos, y nos dijeron que no, que lamentablemente los quesos ya estaba fuera de la nevera ( de risa, por que los vuelves a meter y punto). La próxima vez me comportaré como una déspota maleducada y diré que no los había pedido que se han confundido y fin de la historia. A la gente que somos educada y amable es a la que más toman el pelo. A los que son altivos les va mejor me parece a mi. En fin, después de este inciso, voy a ser justa y , he de decir que el producto era de calidad, el pescado bien tratado y en su punto. El personal muy amable y profesional, y el local pequeño pero agradable El menú, por muy descontenta que me haya ido, es contundente, demasiado para cenar incluso. Me da mucha pena tener que poner este tipo de comentarios porque iba con muchas expectativas. Me encanta disfrutar de la comida, y pese a que el producto era el mejor, los platos carecían de personalidad,ninguno me decía nada. El único bocado que disfruté realmente como si estuviera en un estrella michelín, fue la navaja del entrante.Me encantó. Lo demás, sí, estaba bien cocinado, pero me lo podría preparar perfectamente en mi casa. Y si voy a pagar 260€ por una cena, lo mínimo que me espero es que me sorprendan y salir contenta.