Sidreria Puente Romano en Gijón

Sitio muy premiado, céntrico, Mucho ambiente un jueves de finales de noviembre, debe ser mítico ya en Gijón. Para nosotros era la primera vez, como nos gusta el pote asturiano y vimos que tenía premio( 2 años consecutivos) fuimos a probar, tiene tres opciones para el pote; a la carta, un menú con cachopo de segundo que no recuerdo el precio y el que elegimos que lleva una entrada de pastel de cabracho, el paté es regulero, pero el pote se lleva el 10 , muy bien cocinado, buena presentación, ración justa, compango muy bueno abundante y rico. De postre escogimos tarta de mazapan, casera, estaba rica.

La mejor sidrería de Gijón. Siempre repetimos. Marisco fresco al igual que los pescados, hechos a la chapa. Las almejas a la sartén y los calamares fritos crean adicción. Mejor fabada del mundo en 2023.

Excelente trato, la cena espectacular, calidad y muy bien elaborado.

La comida muy rica, pero los camareros especialinos. Paciencia.

Comimos el menú, pastel de cabracho que Dios mío estaba suave y sabroso. La fabada exquisita igual que el cachopo. Recomendadísima la tarta de sidra porque estaba de muerte. Una experiencia. Ya si hablamos de la sidra, es genial.

Fuimos a cenar de casualidad que estaba cerca del hotel y ya era tarde, pedimos raciones, todas ricas y bien de cantidad.

Excepcional calidad precio de esta sidreria. Todo que hemos comido y cenado estaba muy rico. Trato muy profesional. Sin duda volveremos.

Muy buena comida, buena atención en todo momento

Viernes 26 julio. Reservamos mesa. Un par de raciones, cena ligera. La comida bien. Mucho ruido, pero bueno, es una sidrería…eso sí, con las conversaciones ya es bastante ruidosa, no hay porqué sumarle música alta como si fuese un par de copas con un camarero que peina canas dando berridos a conocidos cuando sonaba ACDC o Guns N’Roses…y demás. Pero la guinda de esta visita (última de varias…y ahí se quedará) es que no puedes tener a alguien sin idea de servicio aprendiendo sobre la marcha. Una chica que poco castellano le oímos, que miraba más qué hacía y lo único que hizo para atendernos fue entre un par de raciones picoteo de repente va y nos cambia platos, cubiertos y servilletas…y de regalo nos quita un cacho de pan sobre el mantel, y nosotros flipando. No sé si la empresa se puede permitir que para dos raciones se usen para dos personas cuatro platos, 8 cubiertos y dos servilletas. Igual se lo pueden permitir. Lo siento por la chica, pero no puedo permitir es que me ofrezcan (que ni me los posó en la mesa) el tenedor agarrándolo por las pues y el cuchillo por el extremo de la punta. Peor no lo pudo hacer. He trabajado un tiempo en hostelería…después de un curso de formación. Entiendo como está de mal encontrar personal, pero mejor los enseñas a puerta cerrada y no sobre la marcha, porque yo no tengo porque limpiarme los cubiertos por no poner en una situación comprometida a la chica. Y al salir no pille al encargado, que estaba medio escondido en la puerta de la cocina, para decirle la traca de servicio. Entre el ruido y el chupar tenedor sobado, lugar descartado.

Un puro espectáculo , impresionante todo lo que pedimos, por sobrar, ni el pan sobró, con la salsa de las gambas al ajillo se terminó, lo recomiendo y me lo guardo para próximas visitas, y los camareros muy atentos y serviciales, sobresaliente