Sidrería Pichote en Oviedo

La comida estuvo decente , fue mejor otras veces , que la primera vez presta mas, el cachorro mas gordo que otras veces y las croquetas de jamón casi sin jamón, menos mal que por mas de una hora aqui nos dieron un plato de jamón por la espera Pero el servicio lento y tuvimos que repetir un par de veces las comandas

La comida de 10 y el trato excelente!!!!

Hemos venido varias veces a este restaurante y la comida nos sigue encantando. El cachopo vegetariano es muy sabroso y las recomendaciones de Tomás han resultado ser exquisitas. Destacamos su atención en todo momento, pendiente de lo que necesitábamos y muy dispuesto a hacernos pasar una buena velada entre hermanos. Que te atiendan con simpatía marca siempre la diferencia. ¡Un placer! Saludos desde Murcia.

Nos gustó mucho. El ambiente de barrio y el personal fueron muy amables. Nos atendió Tomás, un tipo muy majo. La comida estaba deliciosa; los pimientos rojos se asan allí mismo y están sabrosos y jugosos. Los pedimos con el munstersak, pero si eres vegano, puedes comer los pimientos solos, ¡genial! ¡No te pierdas la sidra! Y el kétchup... ¡no podría estar mejor! Comimos el de 2018 y estaba delicioso. Quedamos muy, muy contentos. ¡Un diez! ¡Excelente! ¡Muy recomendable!

En nuestra visita a Oviedo hemos venido a probar sus cachopos ganadores y entendemos porqué han ganado, tiernos, sabrosos y buenísimos.Hemos pedido de entrante unas gambas al ajillo y de postre la tarta de la abuela, riquísima por cierto. Nos ha atendido Cristina, encantadora, que nos ha recomendado también qué sidra beber según nuestro gusto. Para repetir sin duda.

Gracias Tomás por tu buen trabajo, muy educado y muy buen servicio

Un lugar increíble y la comida brutal, la mejor fabada que he probado en mi vida, deseando volver

Aprovechando una visita a Oviedo con un amigo, dado que le habían recomendado esta sidrería por sus famosos cachopos, decidimos venir a cenar aquí (previa reserva para asegurar contar con mesa) y la experiencia fue muy buena. Todo lo que vimos de su carta tenía una pinta maravillosa. Además de sidra (como es lógico), pedimos para compartir un cachopo tradicional (de jamón y queso). Estaba realmente bueno: bien relleno y nada grasiento, con un rebozado perfecto (se nota que trabajan con buen genero) y bien generoso de tamaño (nos costó acabarlo). Como postre, para acabar con un toque dulce, pedimos una tarta de queso, la cual también estaba buena de sabor, aunque, para mi gusto, demasiado densa. El servicio fue muy bueno y rápido por parte del personal. En definitiva, lugar recomendado 100% y con gran relación calidad/precio.

Para empezar estuvimos 30 minutos para que nos atendieran ya sentados en la mesa. Cuando ya nos atendieron y después de un buen rato nos sirvieron los entrantes. Pedimos unos chopitos y la tabla de croquetas. Los chopitos eran muy mejorables, aunque el alioli estaba muy rico y las croquetas increíbles, caseras y muy cremosas. Después de los entrantes nos llegó el pan, que aunque llegó bastante tarde estaba crujiente y muy rico (aunque lo cobran a 1€ cada uno y sin preguntar) Pedimos 3 cachopos; el tradicional, el del 2018 y el del 2020. El que nos pareció más rico fue el de 2018, relleno de boletus y panceta, además la carne del cachopo es fina y está muy buena. El rebozado del cachopo es alucinante, muy ligero. De postre pedimos tarta de queso, de horno y muy jugosa. Ahora viene lo malo... Vinimos en verano, y el local estaba repleto de moscas, es un incordio mientras comes... La camarera que nos atendió se notaba que estaba constipada y nos atendió sin mascarilla, encima nosotros tenemos un amigo que es propenso a enfermar. Lo que nos pareció sorprendente es que entrasen PALOMAS en el establecimiento, una de las cosas más bochornosas que hemos visto nunca, los camareros no hacían nada y parecía que les daba igual... Como resumen diría que la comida es excelente, un 10 incluso, pero el ambiente está lejos del aprobado...

Escogimos el cachopo tradicional. Llega uno para dos personas, buenísimo. El arroz con leche igual, riquísimo. El local se encuentra en una zona en la que nos resultó bastante fácil encontrar sitio para aparcar (comparando con el resto de Oviedo), fuimos un viernes. Había clientes pero no estaba colapsado, pudimos comer sin esperar. Me gustó que tuviera una estantería con libros. Muy amables y atentos.