sidreria la casuca en Oviedo

Un sitio perfecto para comer bien con amigos Fuimos un grupo de amigos a la Sidrería La Casuca y la experiencia fue redonda. El ambiente es acogedor, muy de sidrería asturiana de toda la vida, ideal para disfrutar sin prisas. Pedimos varios platos para compartir y todo estaba buenísimo. El cachopo de queso de cabra y cecina fue el plato estrella: enorme, bien empanado y con un sabor brutal gracias a la combinación del queso fuerte y la cecina. También cayeron unos callos caseros, sabrosos y con el punto justo de picante, y unas patatas al cabrales que estaban de vicio. Acompañamos la comida con sidra escanciada como debe ser, fría y bien tirada, que iba genial con los platos. Se nota que saben tratarla, y no faltó en toda la comida. De postre pedimos tarta de la abuela y arroz con leche casero, ambos muy recomendables. El arroz tenía esa textura cremosa y el toque quemado por arriba que lo hace especial, y la tarta fue el broche dulce perfecto para cerrar la comida. El trato del personal fue cercano, atentos en todo momento y muy rápidos pese a que el local estaba lleno. Las raciones son generosas, el precio razonable, y la calidad muy por encima de lo que se suele ver en sitios similares. En resumen, comida casera, ambiente agradable, y sidra bien servida. Un sitio al que sin duda volveremos.

Esta sidreria está muy bien ,los menús son buenos y la carta está muy bien ya que las raciones son muy grandes,hay de todo , está limpia ,Tiene una buena terraza

Buena atención ,precio ,comida, un 10 en todo.

Muy buena comida, abundante, un sitio muy concurrido, la atención bien, lo único q me pareció mal es q teníamos reserva a las 14 para almorzar y luego nos dijeron q a las 15.30 teníamos q dejar la mesa libre

Recogí el menú de fin de semana a través de una plataforma. Era pote asturiano y merluza con patatas cocidas. El pote excelente en sabor, calidad y cantidad. De los mejores que he tomado. El pescado bien una ración razonable.

Los mejores callos de Oviedo en la actualidad. No dejes de probar tampoco los cachopos. Raciones abundantes y precios muy razonables. Nunca te dejarán sin comer. Luis es un crack. Hostelero de los que quedan pocos.