Sidrería Casa Pablo en Langreo

La verdad es que estaba bastante lleno, pero después de beber unas sidras nos dieron mesa y empezó el espectáculo. Para picar, unos calamares frescos y unas croquetas caseras que eran pura crema y estaban espectaculares, después callos con las tres pes, pequeñinos, pegajosos y picantinos excelentes, todo regado con sidra Alonso y los postres caseros deliciosos. Tengo que destacar la buena atención y las recomendaciones a la hora de pedir, para que no fuese demasiada comida. Los precios razonables y el bar muy limpio y ordenado. Muy, muy recomendable sin dudar.

Todo riquísimo y nada mal de precio.

Íbamos sin reserva y tras esperar un rato tomando algo el la barra nos prepararon una mesa fuera. Al momento se puso a llover y amablemente nos hicieron un hueco dentro. Buena relación calidad precio y buen servicio. Recomendable totalmente

Es una taberna de pueblo bien atendida. La comida aceptable y el precio también bien porque las raciones son grandes. Una ensalada, unas patatas con tres salsas (las patatas muy buenas y las salsas no tanto) y unas croquetas (de las prefabricadas malas) más pan y 3 cervezas 42€

Le doy 5 estrellas, sin duda. Muy amables los dueños de este bar, la comida estuvo de lujo. Os recomiendo los escalopines si vais con niños, y para adultos pedimos chipis plancha y cabrito en salsa con patatas. Justo al lado del tren turístico minero del valle de Samuño, Langreo. Calidad / precio buena.

Un lugar muy agradable, tradicional. La comida estaba muy rica, relación calidad-precio razonable.

Me sabe muy mal hacer una reseña regulera de un sitio, sobre todo si es un negocio familiar pero de verdad que ha sido bastante inaudito lo que nos ha pasado, no sé si sería circunstancial, quiero pensar que sí. Nos hemos sentado y han tardado como 20 minutos o más en traernos la carta, luego han tardado otro rato en tomarnos nota, luego hemos esperado 40 minutos para que nos trajeran la comida. Total que desde que nos hemos sentado hasta que nos han servido ha pasado una hora y pico larga. Hemos comido y han vuelto a tardar otro buen rato en tomar nota del postre, cuando lo hemos pedido otros 15 minutos o así en traerlo y eso que era una tarta que ya tenían hecha y, por último, hemos pedido la cuenta y otro buen rato han tardado en dárnosla, era desesperante, por primera vez en la vida hemos querido levantarnos de un restaurante e irnos (antes de que nos trajeran los platos, claro). Hemos estado como dos horas y media allí o más, que me parece una barbaridad para lo poco que hemos tardado en comer y teniendo en cuenta que muchos estamos de paso porque tenemos programadas actividades, visitas, etc. Y nos ha descolocado por completo la tarde. En ningún momento se han disculpado ni han tenido un detalle de invitar a un café o algo así como pueden hacer en otro sitios cuando tienen algún retraso mucho menor. Me da mucha pena hacer esta reseña porque la comida está muy buena y seguramente no merezca que se le de baja puntuación, por eso le pongo un 3 y no menos. El dueño muy majo pero con eso no se soluciona el problema que tenían para atender a la gente en un tiempo prudencial. Insisto, si queréis comer bien y no tenéis prisa, podéis ir sin problema, lo recomiendo. Y ojalá lo de hoy haya sido sólo fruto de un mal día

Lo encontramos por sorpresa y nos gustó muchísimo La dueña súper amable y atenta Nos explicó todos los platos y nos aconsejó que tomar La cazuela estaba riquísima Pudimos disfrutar de unas sidras y unos ricos postres Ojalá podamos repartir pronto

Íbamos de ruta con la moto, se nos hizo un poco tarde y nos dieron de comer con toda amabilidad. Comimos de maravilla, todo casero, todo riquisimo. Nos pareció barato. Nos queda un poco lejos, pero ojalá podamos volver en un futuro!!! Totalmente recomendable. Gracias!!!!

Un lugar interesante. Con una comida riquísima y un buen servicio. Los postres caseros y con bastante cantidad. Un buen sitio para comer cuando visitas el Ecomuseo de la minería.