Sidreria Antolin en Navia

La Sidreria está bién en general. El Choriziki a la Sidriki esta muy Riki, lo malo es que uno de los Camareros, el Chico Joven Rubio, se agobia mucho, en plan, el dices algo de buenri, te lo acepta “aparentemente bién”, y luego a las espaldas te pone a parir sin ninguna discreción, vamos, mas falso que una moneda de MADERA…🪵😂🤦🏽‍♂️

Una buena sidreria en un sitio inmejorable

Local grande, comida rica, y raciones abundantes, pedimos el pulpo y estaba muy bueno y con una ración muy generosa. Lo mismo con las carnes ( si que podría un pero, y es que el solomillo al whisky en la carta no especidican que es de cerdo en vez de vaca, y nos decepcionó un poco, culpa nuestra por no preguntar. El servicio muy atento, en especial la camarera.

He leído otras reseñas y entré con miedo, pero no puedo más que resaltar que todo fue muy bien. Tomamos las croquetas y están buenas, así como los escalopines al cabrales. Relación calidad precio aceptable. El arroz con leche está bueno aunque no lo hacen en el restaurante. Las zamburiñas son volandeiras, que no os engañen. Todos los camareros nos han atendido estupendamente, a pesar que diluviaba y que vamos con un bebé pequeño. Repetiremos.

La comida normal. Lo que no nos gustó nada es ver al camarero estar fumando al lado nuestro y cuando acabó tiró el cigarro a la carretera… cuando tiene ceniceros y una papelera justo al lado. Ya no queda nada bien estar viéndolo fumar al lado cuando estás comiendo pero encima que tire su basura al suelo pues como que no.

La comida muy buena y rápidos en servirla . Bajo la puntuación por el trato del camarero de la terraza ( el resto de camareros muy bien ) . Se agobia enseguida , contesta mal , y eso que tuvimos muchísima paciencia . El primer día súper bien ( con otra camarera ), repetimos porque nos gusto la experiencia , a la hora de comer preguntamos para comer fuera , nos dicen que sí pero que se lo digamos al camarero de fuera este nos dice que no , volvemos a entrar nos dicen que sí , y salimos y ya empieza malas caras , y todo pegas . Al final nos pone una mesa y se disculpa bueno OK … al día siguiente repetimos para la cena … y lo que vimos … nos sentamos y no nos limpia la mesa de los anteriores comensales …. Nos trae la comida sin el servicio … se lo pedimos , primera mala cara , le recordamos que cuando pueda nos limpie la mesa ( que no había hecho y ya teníamos todo ) y nos dice que no puede … y se pone a criticarnos con la mesa de al lado diciendo que no teníamos empatía , tuvimos suficiente paciencia ya que le tuvimos que estar recordando todo siempre con el por favor en la boca . La mesa de al lado le recuerda algo y les pone sonrisa se gira y sale poniéndolos a parir …. Un compañero tuvo que decirle que se relaje . Yo creo que sino te gusta la profesión cambie de sector , pero la gente venimos a pasar un rato tranquilo no a comer o cenar con tensión y malas caras . Mi recomendación entrar a comer o cenar puesto que está muy rico pero si podéis dentro y si venís con mascota como fue nuestro caso , en las mesas pegadas a la puerta en el exterior ya que él no es el que sirve .

Cenamos ayer y Muy bien..Destacar los calamares de potera y la ensalada de pimientos espectacular..La atención de 10,tanto en Barra como en Comedor en este último nos atendió Susana y de 10..Mejor imposible..Repetiremos sin duda..

Cenamos en varias ocasiones en esta sidrería, tanto por la calidad de la comida como por la atención de sus empleados, la relación calidad precio en muy correcta, la tabla de quesos me gusto mucho, el entrecot de vaca muy bueno y el cachorro aceptable.

La comida muy buena, el servicio de Óscar mejor, continúa con esa sonrisa. :D

Grata experiencia. Nos atendió Feliciano, que de principio era un poco serio, pero después su trato y atención fueron espectaculares. Memorable el pulpo a la plancha.. para repetir.