Decepción. El principal problema es que solo abren por las noches, lo cual, a los que preferimos cenar fuera del hotel para salir un rato, no nos viene nada bien, la verdad. Nada más empezar a pedir hubo problemas porque quisimos pedir a la carta, y la carta tiene solo cinco platos. Todo para obligarte a pedir los menús, a los que se ciñen demasiado rígidamente y, aunque al final se dieron cuenta de que no íbamos a pedir el menú, pues era enorme y nosotros cenamos poco porque nos sienta mal comer mucho, lo hicieron con muchos errores y diciendo todo el rato que tenían que preguntar en cocina. Hasta el punto de no poder traernos un brownie de postre porque decían que era del menú infantil. ¿Desde cuándo el brownie es solo infantil? En fin, el sitio es muy bonito, pero el servicio y el personal dejan mucho que desear, son amables, pero se ve que no tienen mucha idea cuando se tienen que salir de lo que ellos tienen marcado: menús carísimos y nada más. Pero, mira, que se den cuenta de que no todo el mundo cena como una lima y algunos preferimos hacerlo más ligeramente. Lo cual, ya hace imposible regresar a este restaurante para nosotros, pues no queremos estar causando problemas a nadie por no querer comer de menú. Eso, para un restaurante en un hotel de esa categoría, me parece muy mal, la verdad. El precio es caro en general, sobre todo si pides a la carta, pero los menús también lo son. Normal, es un hotel de lujo, es lo que hay, pero por ello deberían ser un poco más abiertos y dejar que cada cliente coma según su estómago y no con sus absurdas normas incomprensibles. Nos decepcionó mucho. Se supone que es oriental y de lujo, y por ejemplo apenas tenían tallarines, solo unos, también eran del menú infantil. ¿Pero esto qué es? Lo único que quieren es obligarte a pedir los menús. No volveremos.
críticaestablecimientos
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19 Julio 2024
6,0