Ubicado en una plaza peatonal en el corazón social y comercial de L’Eliana, donde tranquilidad y arboleda forman un enclave idóneo para reuniones familiares y sociales.
La ubicación y el servicio muy buenos, aunque con algunos problemas de lentitud entre los entrantes y los primeros porque la cocina estaba atascada, que son cosas que pasan y no se le da mayor importancia pero claro, el ritmo de la cena lo trastoca un poco.
De comida todo muy rico, si bien los entrantes (patatas, croquetas y gyozas) salieron un poco fríos y, por el contrario, la tarta de queso me la sirvieron con el interior un poco gélido, así que quizá recomendaría comprobar mejor las temperaturas de los platos antes de servirlos, pero en general la cena ha estado bien.