Sandro Cafe-Bar en Burgos

Viajamos a Europa desde Buenos Aires, para un tour de 15 días por los principales monumentos de Europa, estuvimos visitando la torre Eiffel en Paris, El Vaticano, el kremlin en Moscú y por supuesto el Bar Café Sandro en Burgos. Nos gustó todo pero especialmente el cafe Sandro fue la guinda del viaje. La decoración del lugar estilo Rococò guarississimo, con esos churretes de grasa cayendo del suelo y formando esas estalactitas y estalagmitas tan características de este grandísimo local, la interpretación de Sandro a la altura de Laurence Olivier interpretando a Hamlet. los gritos de Sandro superando a Pavarotti en sus mejores tiempos en la Scalla de Milán, los movimientos espasmódicos de Sandro golpeando la barra, esa coreografia tan ensayada y delicada muy superior a Maya Mijáilovna Plisétskaya en el estreno del lago de los cisnes en el Bolshoi moscovita, todo nos dejó impresionados, desde nuestra mesa llena de moscas muertas y moribunda aún alguna por la atmosfera irrespirable del local y con el café aguado y la famosa tostada Seat Panda (grasa de coche revolucionado) desde ese nuestro palco al paraíso veíamos a Sandro, cerca de nosotros como deleitaba a los presentes con esa multifaceta artistica que Dios le ha otorgado. Algunos salían llorando, otros con la oreja caliente, otros con los pantalones meados por no haber podido acceder al baño a tiempo. Las vomitonas se sucedían cual Fontana di Trevi, (las tostadas tienen un efecto instantáneo) y así salimos de este templo del arte no sin antes agradecer a Sandro por todo. Volveremos. Gracias Don Sandro.

Estaba yo comiendo, cuando se apareció Sandro para ofrecerme SUS MEJORES PLATOS Y SONRISAS. Especialidad en tortilla de patatas y carnes a la brasas, menú variado e inmejorable, local de limpieza cuidada. Cual fue mi sorpresa que estando allí se apareció Felipe, el Rey de España en la actualidad con sus guardaespaldas. Se está corriendo la voz del empeño y ternura que el gran Sandro pone en su trabajo. Se comenta que Leticia, la esposa del Rey, se marcó una reverencia a Sandro por su hospitalidad. Nota: Uno se puede echar una tragaperras, mientras suena aquello que dice AVANCES!! TURIRULIRULI. Gracias dentedad por su recomendación. Volveré.

No entiendo como aun no tiene una estrella Michelin. Una experiencia gastronómica inolvidable.

Experiencia inolvidable la que me llevé en el Bar-Café Sandro. Repetiré sin duda. PD: Como dije en su día, volví al Bar-Café Sandro, más de un año después desde la última vez. A pesar de ir con las expectativas muy altas, la sensación de gozo que tuve al salir por la puerta de la humilde taberna de Sandro fue indescriptible.

Es cierto que el dueño es “peculiar”, borde y seco.. pero mira, a nosotros nos gustó esa peculiaridad.. Bikini y dos cafés con leche, 7,50 y 20 del décimo de lotería. Ni leche sin lactosa, soja o avena. Es un local con lo mínimo pero mira, el tipo tiene su punto.. es pillárselo.. íbamos de paso, pero aún hablamos de el.. 😬

Creo que se confunde la estética kistch y el trato castellano con lo cutre. Lejos de eso, Sandro es un local a visitar y apreciar, al nivel del Patillas.