San Sebastian 57 en Santa Cruz de Tenerife

Comimos el menú degustación, estaba buenísimo, cada plato tenía su propio vino. Los vinos también eran buenos y se adaptaban bien a la comida que se servía. El servicio fue bueno y razonablemente relajado. El ambiente es tranquilo. El único inconveniente es que la carta de comida y vinos la tuvieron que escanear con un lector QR y estaba solo en español, al menos a nosotros no nos funcionó el traductor. Afortunadamente, el personal sabía bien inglés, así que no fue un gran problema.

Simplemente una comida espectacular. Todo en el menú era tentador, así que para una primera visita, elegí lo que llaman el Menú Caminante de 5 platos con una variedad de complementos. Esto se complementó con copas de vino blanco y tinto para los platos de pescado y un plato de carne. Como ocurre con los menús degustación, las raciones son pequeñas, pero los platos numerosos. Todo vino con un fino equilibrio de sabores y cada uno con un cierto factor sorpresa. Como comensal solo, me alegró tener una mesa en un rincón apartado, aunque me sentí un poco invisible cuando estaba listo para pagar la cuenta. Un buen toque al final de la velada fue que el chef se acercara a las mesas para charlar con los clientes. Algunos claramente parecían ser lugareños que tienen el privilegio de frecuentar este restaurante. Sin embargo, el chef también dedicó un momento al extraño solitario en la esquina... gracias por eso. Parece necesario reservar, pero igualmente necesaria es una visita para disfrutar de una buena comida de primera calidad.

San Sebastián, 57 es el nombre de este restaurante incluido y recomendado por la Guía Michelin, pero que también atesora desde 2019, los soles que otorga la guía Repsol. Sito en Santa Cruz de Tenerife en la misma calle de la que toma nombre, el establecimiento sorprende al comensal por su interior de estílo moderno y minimalista donde todo está en su sitio. Armonía en la disposición de las mesas, el lugar preferente de la cocina acristalada para que observes como se elaboran las creaciones gastronómicas y una cava para los caldos que visualmente te enamora. Día especial en la capital chicharrera con reunión familiar, mis hijos y Gonzalo, mi nieto de Tenerife, porque en Barcelona tengo otros tres. La verdad que ellos ya conocían el nivel alto de esta cocina en la que el producto canario y de proximidad se impone, porque la esencia isleña se despliega con los sabores y aromas de siempre, las presentación y emplatado cautiva. Un pastel de cherne acompañado de un salmorejo de papaya es el toque de distinción con el que San Sebastián, 57 recibe a sus clientes. Con atención exquisita, el camarero nos descorcha un Marba, tinto barrica de la D. O. Tacoronte-Acentejo 2020, galardonado con el oro en el concurso internacional Bacchus. Un acompañante con personalidad propia, equilibrado, potente con sabor y persistencia. Luego se sucedieron un sinfín de sensaciones culinarias de primer nivel: tartar de mero y aguacate, toques cítricos, mayo de Wasabi y piparra. Un ensamble único acompañado de pan wontón, sumandose el ceviche de gambón, naranja, lima y crema de aguacate con manga. A este manjar se sumaron el arroz cremoso de carabinero donde el mar llegó a la mesa y lomo de bacalao al pil-pil de hongos con cremoso de batata amarilla y papitas arrugadas. Mucho arte del chef y su equipo!. Gratamente impresionado de tal categoría. El postre igual de delicioso: espuma de parchita, crumble y corazón de amaretto helado, así como tarta de queso horneada, helado de bienmesabe y tofe. Ver disfrutar a la familia, a los tuyos, ya es motivo de felicidad. Todos tuvimos en este local una experiencia gastronómica única que sin lugar a duda repetiré. Algo más de 60 euros por persona es un precio muy acorde y no excesivo para una comanda de lujo. Todo un honor haber compartido este tiempo familiar en San Sebastián, 57, donde nosotros nos sentimos como en casa porque su ambiente es acogedor, amable y profesional.

Restaurante con materia prima de calidad, buen servicio y precios razonables. Esta conectado con una vinoteca por dentro y si quieres algún vino que no esté en carta y tengan en la tienda lo puedes comprar y te cobran 8€ por el descorche. De picar pedimos la ensaladilla que estaba buena aunque para mi le sobraba la espuma que le pusieron. El tartar de gamba de Huelva muy bueno, se nota que la gamba es de calidad. Las anchoas muy buenas también, te lo presentan con un brioche y mantequilla. De principal pedimos dos versiones del cherne, los dos estaban exquisitos y bien acompañados con verduras salteadas y papas negras que estaban de miedo y bien saladas. El tartar de mero también estaba bueno, algo diferente a los típicos tartares de atún y salmón. De postre pedimos la tarta de queso que estaba buena de sabor pero me fallo la base, no era lo suficientemente contundente. Me gusta que de ese punto crujiente y que sepa a galleta. Al final te ponen unas trufas, gominolas y un muesli de chocolate blanco, me encantan esos detalles. En general el restaurante está muy bien. Tienen un menú degustación por 50€ que seguro que esta muy bueno. Actualmente este restaurante está en la guía michelin así que algo estarán haciendo bien. Recomendado.

Experiencia increíble. Servicio excelente, todos muy amables y muy atento sobretodo con la nuestra intolerancia a la lactosa. Proporción calidad precio súper Seguramente volveremos otra vez Muy recomendado

Probablemente el mejor restaurante de Santa Cruz. Recomiendo encarecidamente el menú que permite descubrir una variedad de platos muy interesantes a un precio razonable para este nivel de calidad. Durante la temporada, ¡no te pierdas el tartar de atún! El servicio es perfecto, muy profesional y amable al mismo tiempo. Este restaurante definitivamente merece una mención en la guía Michelin.

Un ambiente agradable, la comida estaba muy buena. Además lo que era para compartir lo pusieron en dos platos como dos raciones, es un detalle. Todo buenísimo . Lo recomiendo

Oh, qué suerte tuvimos de elegir este restaurante en nuestra única noche en Santa Cruz. Llegamos 20' antes y aún así recibimos una cálida bienvenida. La comida logra el equilibrio entre la buena mesa y el alma. No hay nada exagerado y todo es emocionante y equilibrado. La relación precio-rendimiento también es inmejorable. ¡¡¡Una y otra vez!!!

Restaurante elegantemente amueblado. Hay suficientes espacios que no están demasiado concurridos. El servicio fue súper amable y atento. Nos explicaron cada plato detalladamente y se notaba el entusiasmo del personal por la comida. La comida en sí fue fantástica. Teníamos el menú por unos 50€ por persona. Se lo recomendaría a todo el mundo. Se incluyó todo, desde pescado hasta carne, y el postre también estuvo delicioso. El restaurante fue el mejor que visitamos en Santa Cruz. Imprescindible si vienes a Santa Cruz. ¡Gracias!

Me ha encantado. Nos llevó allí el destino, o Google maps. Buscaba algún sitio para picar algo sin muchas pretensiones, cuando llegamos vi que tenía una mención Michelin, nos decidimos a entrar y nos atendieron maravillosamente bien a pesar de ser algo tarde, la comida excelente, cebiche de gambon, tataki de atún rojo y cherne, todo buenísimo, los vinos por copas que nos aconsejaron también nos parecieron muy correctos, el pan, aperitivo y las patatas arrugas de 9. Muchas gracias por vuestro buen hacer. Volveremos seguro y os recomendaremos.