Salino en Madrid

Restaurante con buen ambiente, buena atención y comida muy rica! Los torreznos para repetir🤤

La verdad que me gustó bastante este restaurante, tiene una zona de tapas con bastante variedad de vinos. La zona del restaurante es más tranquila y menos bulliciosa. La comida en general muy bien y los torreznos estuvieron espectacular

Estuve en el restaurante y me encantó. Me gusta que no tengan una carta muy amplia porque así no te pierdes eligiendo, aunque suelen tener algunos platos fuera de carta (nosotros elegimos los gurumelos). Toda la comida estaba buenísima, pedimos arroces y carne, y el arroz con pato estaba espectacular. ¡Muy recomendable, la verdad!

El servicio muy atento, la comida con algunos altibajos. El atún al vino tinto, disonante, extraño. El bacalao frito excesivamente salado. La atención fue muy buena, amable, correcta y bien informada.

Brutal la relación calidad precio es de los que quedan ya poco en Madrid. El chef Alejandro Cano, super profesional. Un 10 para este restaurante

La atención es sobresaliente, Luz ha sido muy atenta y facilitadora. La carta es de una calidad fantástica, el lomo bajo muy jugoso y los entrantes ricos y elaborados. Muy muy recomendable.

¡Servicio de primera clase y cocina muy sabrosa, productos frescos y de alta calidad! ¡Tesoro cerca de Retiro!

Lugar encantador y agradable al que ya he ido unas cuantas veces y lo seguiré haciendo. Comida riquísima y de calidad, todo lo que pidas, está bueno. Trato de 10 siempre.

He estado en un cuatro manos entre El Restaurante Salino y El Triciclo. Ha tenido lugar en Salino. El ambiente del restaurante es acogedor y elegante, con una decoración que fusiona elementos rústicos y modernos, creando un espacio ideal para disfrutar de una comida memorable. El servicio es atento y profesional, asegurando que cada comensal se sienta bienvenido y perfectamente atendido. A continuación, destaco algunos de los platos más emblemáticos de lo que hemos tomado por parte de Salino: Ostra escabechada Este plato presenta una ostra fresca marinada en un escabeche suave. El escabeche, una técnica tradicional de conservación, implica cocinar la ostra en una mezcla de vinagre, aceite de oliva, laurel y especias, lo que realza su sabor y añade una nota ácida y aromática. Torreznos Los torreznos de Salino son una interpretación gourmet de este clásico de la cocina española. Preparados a partir de panceta de cerdo de alta calidad, se cocinan lentamente para lograr una textura crujiente por fuera y jugosa por dentro, ofreciendo un equilibrio perfecto entre sabor y textura. Verdinas en salsa verde con almejas, rubio y aire de piparras Las verdinas, una variedad de alubias verdes tiernas, se cocinan en una salsa verde elaborada con ajo, perejil y vino blanco. Acompañadas de almejas frescas y rubio (un pescado blanco de sabor delicado), el plato se corona con un aire de piparras, que aporta un toque ligeramente picante y refrescante. Guisantes frescos con velouté de ave, morcilla, velo y yema de vermouth Los guisantes frescos se sirven sobre una velouté de ave, una salsa suave y cremosa hecha a partir de un roux y caldo de ave. Se complementa con trozos de morcilla, un velo (lámina fina) que puede ser de panceta o tocino, y una yema de huevo infusionada en vermouth, aportando profundidad y complejidad al plato. Ventresca de atún con jugo de marmitako, nabo y mayonesa de lima La ventresca de atún, conocida por su textura y sabor ricos, se cocina a la perfección y se sirve con un jugo inspirado en el marmitako, un guiso tradicional de pescadores elaborado con bonito, patatas, pimientos y tomate. El nabo aporta una textura crujiente y un sabor suave, mientras que la mayonesa de lima añade un toque cítrico y cremoso que equilibra el conjunto. Flan con lúcuma y crumble Este postre reinventa el clásico flan incorporando lúcuma, una fruta peruana de sabor dulce y notas a caramelo. El flan, de textura sedosa, se acompaña de un crumble crujiente que aporta contraste en textura y un toque de dulzura adicional, creando un final perfecto para la comida (fue hecho por Salino/Triciclo). En resumen, el Restaurante Salino ofrece una propuesta culinaria que combina ingredientes de alta calidad con técnicas tradicionales e innovadoras, resultando en platos que sorprenden y deleitan al paladar. Es, sin duda, una visita obligada para los amantes de la buena gastronomía en Madrid.

Desde el momento en que llegas, el servicio se destaca por su cordialidad y atención personalizada. Nos hicieron sentir como en casa al llevarnos a un reservado, un gesto que añadió un toque exclusivo a la velada, asegurando privacidad y comodidad durante toda la comida. La comida, en su mayoría, es espectacular. Los platos no solo están deliciosos, sino que también son generosos en cuanto a las porciones, lo que garantiza que no solo disfrutarás de una experiencia sabrosa, sino también saciante. La calidad de los ingredientes y la creatividad en la presentación hacen que cada bocado sea un deleite para los sentidos. Es evidente que en Salino se esmeran por ofrecer una cocina cuidada, con sabores intensos y bien equilibrados. El servicio merece mención especial. Es profesional, atento y discreto, brindando una atención constante sin ser invasivo, lo que contribuye a crear una atmósfera relajada y placentera. Todo el personal demuestra un gran conocimiento de los platos y de las opciones de maridaje, lo que mejora aún más la experiencia.