Sal Gorda Halo en Sevilla

Reservamos una mesa para comer en la terraza. Al llegar, nos dijeron que no estaba abierta. Así que nos sentamos afuera, con una carta bastante usada. El ambiente estaba bien. La camarera fue muy amable y la comida estaba buena. También dicen que ofrecen vino local, pero no tienen ni una sola botella.

He ido en repetidas ocasiones a comer allí y siempre ha sido un acierto, pero la semana pasada fue una experiencia un poco amarga. Nos trajeron los entrantes mezclados con algunos platos principales y el resto a destiempo. No se pasaban con frecuencia a ver si necesitábamos algo, tuvimos que llamar a los camareros varias veces. Y por último, una cucaracha vino a visitarnos por la pared a mitad de la comida, la verdad es que solo me quería ir de ese sitio.

La comida es excepcional, es el mejor sitio de Sevilla, la relación calidad/precio es increíble.

Sentimientos encontrados, acudimos dos veces a este restaurante por evitar las colas y las reservas que hacen imposible ir al original en la alfalfa. Curioso que ambas veces no había ningún pescado y se disculpan porque vino un grupo grande antes (no lo vimos y también mal que lo avisen al hacer la comanda, no al traer la carta). Tampoco quedaba más que un postre. La comida está buena aunque faltan muchos platos del restaurante original. Lo único fatal es el servicio, la mesa desatendida todo el tiempo, hay que llamarles para que sigan trayendo platos, para que recojan, pedir un postre… allí nunca se acercaba nadie y éramos la ÚNICA mesa ocupada del salón. Inaudito. Nos fuimos enseguida y seguramente no volveremos. Ya dimos una segunda prueba de confianza y no pasan la prueba. Contratad gente profesional, por favor…

Gente amable pero servicio malo y lento. Se les olvidó la mitad de la comanda y nos fuimos por no seguir esperando. Desesperante

Comimos con amigos en este bonito restaurante de la judería, su salón principal se encuentra en un patio acristalado, dicho salón está decorado con gusto. Sobre la comida comimos para compartir la ensaladilla de pulpo, muy melosa, las patatas bravas con gran cantidad de salsa y bien fritas. Me sorprendió el donut de cola de toro, estaba muy rico, con mucho sabor a guiso. De principal pedimos arroz meloso de queso payoyo, quizás algo flojo, era más parecido a un risotto de queso con mantequilla, pero estaba rico. La lubina frita con adobo picante, cítricos y coco es un acierto, muy rica. Para terminar pedimos de postre la tarta de queso, muy rica, de verdad. Nos empañó la comida un grupo que estaba de comida de empresa o algo así en otro salón y el servicio estaba algo sobrepasado con ello, pero por lo demás creo que repetiría.